El trabajo vence a los hijos 53 a 12

Como en un partido de básquetbol, la tarea de oficina de un ejecutivo le gana ampliamente a las cuestiones familiares. Un experto brinda algunas claves para complementar ambas situaciones.

16 Septiembre 2008
Como en un partido de basquetbol, los hijos de los ejecutivos perdieron el partido por un amplio margen. Las tareas de oficina le lleva a los gerentes del interior del país un promedio de 52 horas semanales, cuatro veces más que el tiempo que ese ejecutivo dedica a sus hijos en la casa. El resultado surge de un encuesta realizada por el equipo encabezado por el director del Centro Standard Bank Conciliación Familia y Empresa, Guillermo Fraile. 
A diferencia de lo que sucede con un gerente radicado en Buenos Aires, el del interior no ocupa tantas horas de viaje de trabajo, sino que las usa para permanecer más tiempo en su oficina, plantea Fraile, docente del IAE, la escuela de negocios de la Universidad Austral. Aunque la mayoría de los  empresarios consultados sostiene que la familia es la principal fuente de satisfacción personal, la demanda laboral es cada vez mayor. 
El gran desafío que tienen los ejecutivos argentinos es conciliar su vida laboral con la familiar, pero a través del convencimiento personal de que eso es posible, indica el experto a LA GACETA. En ese aspecto, lo trascendente pasa por incorporar cualquier proyecto de vida que esa persona toma al proyecto familiar. Es decir que se complementen, pero que no compiten. De esa manera, puntualiza Fraile, no habrá tanta tensión en la demanda familiar por estar más horas en la casa que en la oficina. 
¿Por qué un trabajador se queda tanto tiempo en la oficina, más allá de las ocupaciones propias del puesto? Según el docente del IAE, usualmente eso sucede cuando una persona no se siente a gusto volviendo a su hogar y por eso trabaja mucho tiempo. No obstante, aclara que esa situación también responde al deseo del trabajador de generar el sustento económico necesario para satisfacer las necesidades de los miembros de su familia.
¿Cómo complementar la vida laboral con la familiar? El primer paso para revertir la situación, señala el especialista, es plantearse proyectos cortos, como por ejemplo ayudar a los hijos en las tareas escolares, y luego los planes largos, es decir, un viaje para disfrutar en familia. "Cada uno debe desarrollar la capacidad del orden que no es más ni menos que fijar prioridades y tener en claro lo que debe y no lo que quiere hacer", remarca Fraile. "Cuando uno hace lo que debe, mejora. Cuando uno hace lo que quiere, generalmente no progresa", agrega. 
 
El dinero y la felicidad
La felicidad no tiene precio, aunque se diga que el dinero contribuye hacia el logro de aquel objetivo. Las grandes satisfacciones laborales pueden ser celebradas por cada miembro de una familia, si el que trabaja lo convirtió en una conquista familiar. "Los tiempos laborales son cada vez más escasos, mientras que los horarios de trabajo son más extensos", sostiene Fraile. 
El especialista, no obstante, señala que no hay que perder de vista que el bien más necesario que debemos darle a nuestra familia es nuestro tiempo. "Es el único que, una  vez perdido, no se recupera", advierte. "Sólo si nos convencemos  de que las cosas necesitan de nuestra dedicación para  su desarrollo, podremos estar seguros de que llevaremos una vida armónica entre nuestro tiempo laboral y familiar, y les daremos a los nuestros los bienes necesarios y convenientes para su formación, porque los bienes que poseemos son, en definitiva, medios para crecer como persona", reflexiona en una de sus investigaciones más recientes sobre la Conciliación Familia y Empresa. 

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