El director de "Gandhi" cumple hoy 85 años

Richard Attenborough planificó la biografía del líder indio por más de dos décadas y ganó con ella ocho premios Oscar. Aportes a su país.

HONORES. Attenborough fue nombrado Lord por la reina. HONORES. Attenborough fue nombrado Lord por la reina.
29 Agosto 2008
Londres- No cualquier director de cine consigue llegar a la cima con un esquelético líder en taparrabos. Pero el monumental filme "Gandhi" (1982), acerca del luchador por la independencia de India, le otorgó al británico Richard Attenborough ocho Oscar y fama mundial. Al menos desde entonces, este cineasta y actor, que hoy cumple 85 años, es un grande inalcanzable en su país en la vida cultural, política y social. Desde la Casa Real al primer ministro, los contactos del director de la perilla blanca llegan bien alto, aunque para la mayoría Lord Attenborough es sencillamente "Dickie".
HONORES. Attenborough fue nombrado Lord por la reina.
Durante su larga carrera, nada le ocupó más tiempo que la vida de Gandhi. Attenborough planificó la película y reunió dinero durante más de dos décadas. Su premio fueron los Oscar, entre ellos a la mejor película y mejor dirección. "Quiero entretener y hacer pensar al público a la vez", declaró en una oportunidad. Ya lo había conseguido antes con "Un puente demasiado lejos" (1977), y después lo repetiría con el drama anti-apartheid "Grito de libertad" (1987) o "A chorus line" (1985), en el que aborda las partes sombrías del mundo del espectáculo y que emocionó al público. Entre sus obras más famosas se cuentan también la película sobre la vida de Charlie Chaplin de 1992 y el drama "En el amor y la guerra" (1996), sobre el primer amor de Ernest Hemingway. Debido a su trabajo tras la cámara a menudo se olvida que Attenborough se presentó decenas de veces como actor, entre otros en los años 40 como un gángster psicópata con cara de niño en "Brighton Rock", o como el excéntrico millonario que crea una isla con dinosaurios en "Jurassic Park", de 1993. Su entusiasmo por la labor actoral es sin embargo moderado. Debido a la frustración cambió de registro para convertirse en director, confesó cierta vez. "En las películas siempre era uno de esos tipos que sólo pueden actuar en las cubiertas más bajas de la Marina de Su Majestad. Tengo una cara tan mofletuda que con 25 años tenía que seguir interpretando a chicos de 15", señaló. Su fama no se vio afectada por ello. En 1993 la reina lo nombró Lord Attenborough of Richmond-on-Thames y le permitió por tanto participar de la política desde la Cámara Alta británica.
Attenborough, un apasionado de Picasso, se ganó a pulso el título, con su presencia en innumerables consejos directivos de instituciones de beneficencia. Y por su modestia. "No soy un director extraordinario, sólo soy un buen director", respondió ante la pregunta de si se siente una leyenda viva. Y, en cierta forma, lo es. (DPA)

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