Cartas de lectores

¿ANCIANOS O MARCIANOS?
En mi diario deambular por las calles de esta ciudad, meca de invencibles transgresores, observando el comportamiento y el lenguaje de la gente, me  pregunto, recordando los usos y costumbres en que se formó mi generación, si los pocos que sobrevivimos somos ancianos o marcianos. Oigo a la gente expresarse en una incomprensible mescolanza, un nuevo lunfardo cibernético impregnado de procacidad y violenta grosería, donde palabras como: por favor, permiso o gracias, resultan ridiculeces de “vejetes” escleróticos con el mal gusto de no morirse. La conducta urbana es aún peor. Un ciego, un discapacitado o una embarazada, no sólo no despiertan sentimientos de solidaridad, sino que parecen excitar la impiadosa grosería de algunos especímenes de una nueva casta, para quienes la única regla es la violación de las reglas. Un banco de plaza se usa sentado en el respaldo con los pies en el asiento; la basura se tira en cualquier parte, porque los cestos son para robarlos o para destruirlos; nadie cede el asiento a un impedido, ni le da el rincón a una dama; se cruza las calles en cualquier parte y se maneja sin cinturón, fumando o hablando por teléfono violando semáforos, sendas peatonales y estacionando en cualquier parte. Si la ciudad es la casa de todos, debe expresar la dignidad de todos, pero frente a este tema prefiero no hacer juicios de valor sobre nuestra forma de compartir la ciudad para no agravar la tristeza y el pesimismo que nos provocan otras conductas, cuyas consecuencias gravitan negativamente sobre la vida de todos. Me refiero naturalmente a la de nuestras “dirigencias”, que allá por el Centenario dejaron de escribir historia y se pusieron a escribir, hasta hoy, esta siniestra historieta de mentiras, incapacidad y corrupción, que convirtió a la Argentina en una dolorosa víctima de sus malos hijos.



JUBILADOS PREGUNTAN
¿Por qué el jubilado tiene que sufrir exclusión social? ¿Hay una sociedad hipócrita que nada hace por sus viejos? ¿Por qué el gobernador no enfrenta ni debate ante la sociedad “su” sistemática negativa de pagar el 82% móvil y las sumas retroactivas que por ley y de traspaso y sentencia condenatoria corresponden? ¿Por qué el desprecio del mandatario hacia los jubilados que no pueden todavía hablar con él sobre este tema tan perentorio para los que tienen expectativa de vida acotada? Misericordia es una virtud indispensable en quien tiene que bregar por el bienestar social de sus gobernados. El gobernador tiene la palabra y el poder de decisión.  Y dice que ya al tema lo conoce la Nación y que lo están analizando. Los jubilados tienen la grandeza de permanecer nobles en la derrota y exhiben a diario en “la plaza” el orgullo de luchar contra una discriminación que nunca merecieron.



BASURA EN EL PARQUE
Al leer en LA GACETA el lamentable estado en el que quedó el parque 9 de Julio luego del Día del Niño me surgió la necesidad de preguntarles a todos aquellos que disfrutaron del paseo público si mandarían a sus hijos a jugar en un basurero... porque eso es lo que dejaron. No cuesta nada levantar y tirar en un papelero los desechos. Muchas veces leo quejas de usuarios por el mal estado de plazas y parques, pero después de lo ocurrido el domingo pasado entiendo que hasta que no se concientice la gente de la necesidad de cuidar el medio ambiente vamos a seguir así. Hoy se limpia el parque y el día de la primavera va a volver a pasar lo mismo. Sugiero a las autoridades que en esos días haya guardias que sancionen a los que cometen este atropello. ¿Cómo podemos ser el “Jardín de la República” con nuestros paseos públicos llenos de basura?



JUICIO (I)
Los cristianos nos sentimos preocupados por algunos hermanos que se dicen cristianos pero muestran que son ajenos a la doctrina del amor y del perdón. Amor y perdón son la esencia del cristianismo. Por eso el Evangelio del 14/8 dice con tanta claridad que el Padre no perdonará a quienes no perdonen de corazón a sus hermanos. No a algunos, sino a todos. Confundir venganza con justicia o a la inversa no es, precisamente, mostrar la condición de cristianos.



JUICIO (II)
Es muy triste ver cómo se manipula la Historia con fines políticos. Cada gobierno hace uso y abuso de ese fragmento histórico de nuestro país para conseguir cierto rédito. Y es lamentable que en nombre de los Derechos Humanos se propague tanto odio, tanto resentimiento y tanta intolerancia. Se critica lo que propiamente se está haciendo. Y después nos escandalizamos de las patotas de jóvenes, que agreden y son intolerantes frente al otro. Creo que la mayor parte de la sociedad argentina quiere mirar hacia el futuro, vivir en paz, lo que no implica olvidar el pasado; la memoria sirve para no cometer los mismos errores. Como madre quiero una sociedad sana, que se fomenten valores, e incluso una educación ciudadana, que se ha perdido. ¿No sería más provechoso usar toda esa energía para buscar soluciones a los grandes problemas sociales que nos aquejan en estos momentos? ¿Si se quiere hacer justicia, por qué no es para ambos bandos? ¿O es que la justicia aún sigue en una sola dirección? Y un claro ejemplo es el castigo del Gobierno nacional luego de su derrota en el Senado. Y es el pueblo el que nuevamente siente las consecuencias. Y en este sentido, el pueblo es un cuerpo lleno de heridas que no dejan cicatrizar; es un cuerpo que se debilita y que retrocede hacia lo primitivo en sus conductas sociales. Basta de odio. Sólo así podremos crecer y llegar a ser una gran Nación. Sólo el perdón libera y el amor engrandece al ser humano.



EL INDEC
Muy acertado y beneficioso para el ciudadano y el pueblo sería que cada persona por propia iniciativa se preocupara de mirar y de analizar las realidades de su cotidiano vivir. Es cuestión de educación y trabajo. Es tiempo de pensar, comparar, gastar energías propias para sacar propias conclusiones. Basta del ¿dónde vas, Vicente? ¿dónde va la gente Indec? Me aturdieron con el Indec; no soy magister en economía. Lo que sí sabemos es que los precios en los supermercados y en los negocios en general, por la crisis de junio y de julio, subieron por causa del temor, ¿aprovechamiento? Simplemente, por incorrección de los comerciantes que, temerosos de perder ganancias en épocas de pequeñas o grandes crisis, en cualquier país actúan igual, salvo que en el Primer Mundo el ama de casa, adinerada o no, controla, camina y reclama. Aquí lo comprobé en varias ocasiones, cuando les pregunto a la salida de las colas de los supermercados: “señora, ¿controla lo que lleva?. Y me responden: “...lo mismo da...”, “todo igual”. No es así la cosa, no todo es igual. La vida es algo más.