Desde 1983, Riera, Ortega y Alperovich enfrentaron conflictos con los gremios

Desde 1983, Riera, Ortega y Alperovich enfrentaron conflictos con los gremios

La hiperinflación condicionó la gestión de gobierno a partir del retorno de la democracia. El cantautor pudo descomprimir el reclamo; el actual gobernador sufrió peleas callejeras.

17 Agosto 2008
Los ocupantes del sillón de Lucas Córdoba, desde el retorno de la democracia, en 1983, enfrentaron de manera distinta y con éxito dispar las negociaciones salariales con los dirigentes gremiales. Así, por ejemplo, los justicialistas Fernando Pedro Riera en 1986 y Ramón Bautista Ortega en 1993 fueron los que mayores conflictos sindicales debieron soportar, aunque optaron por resoluciones diferentes.
Riera no pudo responder a los reclamos por reivindicaciones salariales (en medio de la ya creciente híperinflación) porque la crisis financiera de la provincia y del país lo obligaba a peregrinar a Buenos Aires para pedir fondos hasta para poder abonar con puntualidad los sueldos de los empleados públicos.
El problema se agudizó y una manifestación de jubilados, durante la que se apedreó el domicilio particular del gobernador, desencadenó la intervención federal de 1990. Tres años más tarde, el gobernador Ortega accedió parcialmente al reclamo de los trabajadores y logró descomprimir el conflicto con los gremios estatales.
El tira y afloje con los dirigentes sindicales que representan a los empleados provinciales no retornó con virulencia hasta el primer año de gestión de José Alperovich como gobernador. A su antecesor, el actual senador Julio Miranda, la crisis económica lo obligó a recortar ingresos a los estatales con la incorporación del sistema de pago de un 20% de los sueldos con vales alimentarios. Durante ese período (1999-2003), en el que el actual mandatario provincial se desempeñó como ministro de Economía, el Poder Ejecutivo dispuso el recorte temporario del pago del escalafón por antigüedad. Sin embargo, no se produjeron reacciones gremiales de magnitud.
En carne propia, Alperovich debió soportar -ya como titular del Poder Ejecutivo- los cimbronazos políticos derivados de un plan de lucha sindical. La presión de los gremios llevó al gobernador a conceder, en 2004, cuatro aumentos no remunerativos a los estatales. El punto de inflexión de la política sindical del alperovichismo tuvo lugar el 9 de julio de ese año, cuando gremioalistas y piqueteros opositores a los gobiernos nacional y provincial se enfrentaron con grupos leales al oficialismo en la plaza Independencia, durante los actos que encabezó el por entonces presidente Néstor Kirchner por el Día de la Independencia.

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