La tucumana Sofía Cativa brindó un concierto en Rusia

01 Julio 2008
"Estoy muy emocionada. Tocar en Rusia es casi surrealista. Y, por supuesto, no puedo dejar de acordarme de Tucumán". Con estas palabras, la joven violinista tucumana Sofía Cativa, integrante de la Orquesta Mundial, se refierió al concierto que la agrupación realizó en la noche del domingo, en el St. Petersburg Mariinsky Concert Hall de Rusia. Desde esa lejana ciudad, la intérprete dialogó brevemente con LA GACETA y se mostró orgullosa de llevar la bandera argentina por la tierra de los zares. "A San Petersburgo llegamos a tres de la mañana del domingo. Estabamos muy cansados pero felices. Es una ciudad muy bella y con mucha historia. Parece un sueño estar aquí", comentó. Y agregó: "el concierto fue maravilloso. Por supuesto, además de acordarme de mi mamá, no pude dejar de acordarme de mi maestro, Gustavo Guersman, y de todos los tucumanos que tanto me apoyaron. Tengo que decirle gracias a todos". Egresada del Instituto Superior de Música de la UNT, ex integrante de la Orquesta Juvenil de la UNT y discípula de los maestros Gustavo Guersman y Elisabeth González, la intérprete, que en la actualidad integra la prestigiosa Orquesta Sinfónica de la Universidad de Saarbruecken, aprendió a tocar el violín a los 4 años con el método Suzuki, y en 2007 llegó por becas del Mozarteum y de la Secretaría de Cultura de la Nación a Alemania, donde desarrolla una intensa actividad. "Siento mucha emoción cuando toco en los teatros europeos. Cada uno de esos edificios tiene tanta historia. Incluso, me emociona viajar por la tierra de Bach, de Mendelssohn y, ahora, de Tachaicovsky", dijo. Ahora, Sofía se prepara para el concierto que la orquesta brindará en la ciudad de Saarbrucken (Alemania). "Mañana (por hoy) tenemos un ensayo y no puedo dejar de estar porque estaré como gúia de los segundos violines", declaró. La tucumana se mostró entusiasmada, porque en esta gira de la agrupación, tendrá la posibilidad de actuar bajo la batuta de grandes directores europeos como Heinrich Schiff, Mikhail Pletnev y Herbert Blomsted, entre otros. "El cansancio es grande y la exigencia, mucha. Pero la felicidad de poder actuar con estos grandes de la música no tiene comparación", finalizó la violinista.

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