Creen que hay otras víctimas del abusador serial que no quisieron hacer denuncias

Los trabajadores sociales que trabajan en el caso tienen indicios para confirmar esta teoría.

BARRIO HEREDIA. La gente hace su vida normal. El abusador no aparece. LA GACETA / ENRIQUE GALINDEZ BARRIO HEREDIA. La gente hace su vida normal. El abusador no aparece. LA GACETA / ENRIQUE GALINDEZ
18 Junio 2008
Las descripciones que hicieron las menores respecto del hombre que las atacó sexualmente fueron coincidentes, por lo que en la Justicia es cada vez mayor la certeza de que se está frente a un abusador serial. Los tres fiscales que investigan los ataques, perpetrados en los últimos meses en barrios del sur de la capital, trabajan contra reloj para tratar de identificar al sujeto, por temor a que cometa una nueva violación. Es más, los investigadores, sobre la base informes que recibieron de asistentes sociales, sospechan que ya puede de haberse producido otro ataque, pero que no se registraron denuncias.
Por el momento, los fiscales Carlos Albaca, Adriana del Carmen Giannoni y María de las Mercedes Carrizo trabajan en forma separada, aunque intercambiando información. Giannoni fue quien primero recibió denuncias, por lo que si se confirma que el agresor es un solo hombre, los expedientes se unificarán en su fiscalía.
La funcionaria ya tiene en su poder un perfil genético del pervertido, elaborado sobre la base de muestras de semen y de cabellos que los peritos encontraron en la ropa o en el cuerpo de las menores.
El estudio de ADN se realizó en el laboratorio del Colegio de Bioquímicos y Farmacéuticos de Buenos Aires, adonde también fueron enviadas muestras colectadas en el marco de los casos que investigan Albaca y Carrizo. Los resultados estarán la próxima semana.
También se enviaron muestras de casos anteriores que aún no están resueltos, para investigar la posibilidad de que haya sido protagonista de alguno de ellos.
Con el resultado de los perfiles genéticos se podrá hacer una comparación si se detiene algún sospechoso.
Las víctimas -de entre 7 y 11 años- hablaron con psicólogos especializados y brindaron descripciones similares del abusador. Se trata, según los informes, de un hombre joven de buenos modales, que seduce a las víctimas con promesas de juguetes o golosinas. Se movilizó en moto o en bicicleta, y en todos los casos, luego de las violaciones, se preocupó por dejar a las menores cerca de donde ellas viven.
En el último de los casos, como la Policía, tras la denuncia de los padres, le pisaba los talones, le entregó un papel a la nena secuestrada, en el que había anotado el domicilio de la chiquita, para que los vecinos de San Cayetano, donde la abandonó, la llevaran a su hogar.
Esta última víctima estuvo a punto de ser asfixiada por el sujeto en su afán de no permitirle que gritara. Los investigadores sostienen que en todos los casos coincide el modus operandi.

Podría haber estado preso
Sobre la base de un informe realizado por miembros de la Policía Judicial de Córdoba, que cuenta con personal especializado en casos de abusadores seriales, se establecieron dos hipótesis: que el hombre no haya vuelto a atacar desde el 25 de abril por estar detenido por otro tipo de delito (robos o hurtos) o que haya violado a otra menor y no se haya radicado denuncia. "Hay asistentes sociales trabajando sobre esto, y tienen indicios acerca de esta posibilidad", indicó una alta fuente judicial.
Los investigadores sostienen que esta hipótesis no es descabellada, teniendo en cuenta que es un delito que provoca mucha sensibilidad y que las víctimas muchas veces se niegan a reconocer que fueron agredidas sexualmente.
Desde fines de abril, decenas de policías, muchos de ellos vestidos de civil, recorren la zona en la que se perpetraron los ataques. Los fiscales creen que el depravado vive en la zona donde se produjeron los ataques, y que conoce los descampados, los matorrales y las cortadas, lugares por los que llevó sin dudar a sus víctimas.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios