Cuando se ha dejado de amar a la pareja, conviene reconocerlo

Cuando se ha dejado de amar a la pareja, conviene reconocerlo

Prolongar la unión con una persona a la que ya no se ama supone mucho esfuerzo psíquico, según explicó una especialista. Queda la culpa subjetiva.

FIN DEL AMOR. Admitir la falta de amor del otro significa enfrentarlo y es terriblemente doloroso, según Gerez. FIN DEL AMOR. Admitir la falta de amor del otro significa enfrentarlo y es terriblemente doloroso, según Gerez.
15 Junio 2008
"Adiós las mutuas manos y las sienes que acercaba el amor. Hoy sólo tienes la fiel memoria y los desiertos días".
En muchas poesías de Jorge Luis Borges se refleja la desolación del abandono. "Lo que fue todo tiene que ser nada. Sólo me queda el goce de estar triste..."
La tortura de ya no ser amado y, a la vez, la dolorosa culpa de quien confiesa el desamor, suponen una de las crisis más difíciles que pueden atravesar las personas. Si admitir el final del amor supone asumir la separación de un matrimonio, se presenta una situación compleja. Con la pena a menudo se mezclan los celos, el despecho y el odio, más las complicaciones económicas y legales de un divorcio.
En opinión de la doctora en Psicoanálisis Marta Gerez Ambertín, no debería haber ningún obstáculo que impida a alguien reconocer que ha dejado de amar a su pareja, y hacerse cargo de ello.

- ¿Cómo se enfrenta el desamor?
- Primero habría que definir qué es el desamor. Simplemente el fin del amor que, como un medicamento, siempre tiene una fecha de vencimiento. Es verdad que cuando se acaba el amor pueden quedar lazos de solidaridad en una pareja, pero eso supone mucho trabajo psíquico. ¿Qué hacer con el desamor? Lo primero es "enfrentarlo"; es decir, admitir el desamor. Obviamente es lo que produce el mayor gasto psíquico. Lo dice Barthes: "Del amor, asunción demencial de la Dependencia (tengo absoluta necesidad del otro), surge cruelmente la posición adversa: Nadie tiene verdaderamente necesidad de mí". Nadie que nos importe, claro. Lo cual es terriblemente doloroso. De ahí que la mayoría no lo admita y lo disfrace: La culpa es del otro o la otra que se ha interpuesto entre nosotros. Nos ponemos miles de velos para ocultar esa realidad que no queremos o no podemos aceptar.

- ¿Cuáles son las causas del desamor?
- Alguien deja de querernos porque hemos dejado de conciliar con los requerimientos de sus fantasías y deseos. La mayoría cree -equivocadamente- que concitará más amor asegurándole al partenaire su "eterno amor" ("Nunca me perderás porque te amaré siempre"), desconociendo que "el único valor a dar a los objetos de amor reside en la posibilidad de su pérdida". De allí que el matrimonio, encarado como un rito que nos aseguraría al otro para siempre, sea el primer gran peligro. Esto no implica evitar el matrimonio, sino evitar encararlo como una póliza de seguro contra el desamor. Si para la vida "económica" saber siempre por anticipado lo que nos traerá el día siguiente es la máxima aspiración, para la vida amorosa equivale a una sentencia de muerte.

-¿Cómo reaccionar ante el desamor: Seguir viviendo juntos o separarse?
-Partimos de que sólo uno tiene "desamor", pues si se trata de ambos obviamente que sería fácil separarse y buscar el amor en otro lado. Si continuamos amando a quien ya no nos ama volvería a lo que dije antes: ¿Cómo era cuando conciliábamos en los requerimientos de nuestras mutuas fantasías y deseos?, ¿Qué es lo que se ha perdido? El misterio, la posibilidad permanente de la pérdida... Lo decía nada menos que Descartes: Si el objeto que se presenta no tiene nada en sí que nos sorprenda, no nos conmueve en modo alguno y le consideramos sin pasión ("Las pasiones del alma", 1649).

- ¿Qué opina de un novedoso fallo judicial que admite el desamor como causa de divorcio?
- Me parece criterioso . Prueba que muchos de nuestros jueces están más adelantados que el Código. Sólo me queda una duda, cuál hubiese sido el fallo si se hubiera contado con una jueza? Efectivamente, creo que en una separación por causa de desamor no hay culpables. Al menos, no los hay en el sentido "judicial" del término. La culpa subjetiva, la psicológica, esa queda siempre. Tanto en el que deja de amar, como en quien deja de ser amado. Pero sí queda otra cuestión que ya no es la culpa jurídica, sino la responsabilidad de los dos integrantes de la pareja de hacerse cargo de la crianza, educación y salud de los hijos. Y esto me parece que sí fue soslayado en el dictamen del juicio al que nos referimos. Me parece perfecta la decisión de incluir el desamor en un divorcio, pero lo que se fue creando entre dos mientras se amaban, como los hijos -por ejemplo-, supone la responsabilidad de ambos en sostenerlo. Hasta ahora, es más frecuente que sean las mujeres las que se hacen cargo de los hijos; pero los padres no pueden dejar de responsabilizarse de ello.

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