Cuando el amor se va

Cuando el amor se va

A veces un sentimiento puede durar "para siempre", pero en otras ocasiones no sucede así. Cuando se trata del fin del amor es difícil encontrar un culpable y es muy doloroso vivirlo, dicen quienes experimentaron el desamor.

SILENCIO. Aunque se perciba como sentimiento compartido, la desaparición del amor se percibe como algo inesperado y que cuesta manejar. SILENCIO. Aunque se perciba como sentimiento compartido, la desaparición del amor se percibe como algo inesperado y que cuesta manejar.
15 Junio 2008
"Cómo le digo, a ella que siempre estuvo a mi lado, ¿cómo le digo?, que me da lo mismo que vaya, que venga, que esté o no conmigo, que no siento nada cuando me acaricia, que ya no soporto como antes su risa, que quiero escaparme, que siento ahogarme, que me desespero que ya no la quiero... ¿cómo le digo?"
Pimpinela

Lucía, de 42 años, llevaba 15 años de casada y tenía 3 hijos con José Lucas cuando comenzó a notar que la relación había llegado a tal punto de desgaste que no había nada que hacer. Ni ganas de seguir sosteniendo una estructura que cada vez se hacía más pesada. "El ya no me quiere", fueron sus palabras cuando decidió separarse. La indiferencia del marido, el silencio en la relación, la falta de cortesía y de encuentros la condujeron a esa conclusión. El, por su parte, creía que ella imaginaba cosas y justificaba su comportamiento en la cantidad de horas que trabajaba y en la presión que sentía por mantener el hogar. Hasta que un día, la mujer llamó a un abogado y en la charla surgió: "La quiero pero es cierto, ya no es como antes. No la amo", le confesó José Lucas. La separación fue inmediata y, aunque era un final anticipado, fue doloroso para ambos.
Para Ricardo, un contador de 47 años, el golpe fue fuerte. Por un amigo se enteró que su mujer le había sido infiel. "Me hervía la sangre cuando lo descubrí. No podía creer que hubiese sido capaz de hacerme algo así. Le dije de todo, desde los peores insultos hasta las cosas más hirientes", contó. Ella se mostró arrepentida y explicó que había sido una terrible equivocación pero él no estaba dispuesto a perdonarla. Con bronca y angustia, después de desprestigiarla públicamente a Verónica, su mujer, llamó a su abogado para que iniciara los papeles del divorcio. Y ella, a los pocos días y sin saber de su marido, hizo lo mismo. El abogado los citó y allí salió la verdad: "Le dije que lo amaba pese a que él pensaba lo contrario, que la familia que habíamos formado era para mí lo más importante y que estaba dispuesta a todo para seguir apostando al proyecto común que habíamos iniciado. Por su lado, él reconoció sus fallas y me perdonó", contó.
El desamor aparece con el tiempo, según Luis María, de 61 años, y notarlo provoca mucho dolor. "Me casé muy enamorado la primera vez. Tuve una hija con Indiana y nueve años de matrimonio a los que no llamo un fracaso, sino una mala experiencia", recordó. "Nunca nos lo dijimos de frente pero fue algo que empezamos a sentir los dos, al margen de los roces de la convivencia y las discusiones... se produjo un vacío entre nosotros. El proyecto al que una vez habíamos aspirado parecía imposible porque la relación de pareja no funcionaba", contó.
Uno de los momentos más tristes de su vida, María Cecilia, de 53 años, fue cuando descubrió que esa molestia permanente que sentía con su marido, era en realidad que el amor y la admiración habían desaparecido. "Sentí que se me estrujaba el corazón y me puse a rezar para que la Virgen me ayudara para volver a amarlo", dijo con melancolía. Pero no hubo caso. Ya no sentía lo mismo y la convivencia "era insostenible", concluyó.

Comentarios