Todos pueden ganar

Todos ganan en este juego, entonces la carga debe ser pareja. Así resume Darío Ruso Souza, de Burritos, la posición sobre el tema de la Umita (Unión de Músicos Independientes Tucumanos Autoconvocados), creada con el modelo de la UMI de Buenos Aires, con la que está relacionada informalmente, y que está por conseguir su personería jurídica como asociación civil.
“Estamos planeando una serie de acciones que vamos a hacer en relación al problema de la falta de lugares para tocar, como una manera de hacernos cargo de algo que nos perjudica; el objetivo de la Umita es sumar esfuerzos, y capitalizarlos en la búsqueda de cambiar estas cosas”, define el músico, que aclara que el grupo está formado por rockeros, folcloristas, trovadores y cultores de otros géneros musicales de Tucumán.
En estos días, la Umita está empezando a conversar con los diferentes actores en busca de consensos. “Estamos haciendo un análisis de las trabas legales que hay para la actividad con la idea de elaborar un documento que demuestre que hay leyes y ordenanzas perjudiciales para los artistas”, anticipó el Ruso.
En ese sentido, el Ruso limita la responsabilidad del Estado, que según él no estaría obligado a abrir lugares para recitales, aunque estaría bien que lo hiciera. “Sí debe darnos un marco que no tire para atrás, que no ponga palos en la rueda a los que quieren trabajar. Debería fomentar la producción artística con una buena cartelera, concursos y subsidios”, apuntó.
Pero aclara que no está pidiendo sólo que el Gobierno ponga plata. “El Indio Cansinos, que es parte de Umita, elaboró un proyecto de ley del disco tipo la ley de mecenazgo, que apunta a que se facilite a empresarios el aporte económico para la edición de discos, y que a cambio reciba reducciones impositivas, por ejemplo”, cuenta.
“El marco legal de la actividad sí es responsabilidad del Estado, y debería responder a una política cultural que aparentemente no existe. Debería tener una actitud más activa e inclusiva, porque lo que hay nace del esfuerzo de los artistas y nada más”, añadió.
El Ruso cree que los artistas, los gobernantes, los productores y los dueños de locales deberían jugar al mismo juego, porque, dice, todos podrían ganar. “Hay veces que te invitan a tocar por la coca y un sándwich; eso es responsabilidad de los empresarios, pero también de los músicos que aceptan esas reglas y no hacen valer su lugar”, asegura.
“Todos somos responsables, pero es el Gobierno, el Estado, el que tiene una responsabilidad social de hecho que tiene que apuntalar nuestro trabajo, para que los empresarios también vean que pueden apostar por nosotros”, señaló a modo de conclusión.