Mauricio Guzman, presidente del Ente Cultural de Tucumán, reconoce que tiene una signatura pendiente con el rock. Consultado por 4AM, el funcionario explicó los motivos técnicos y legales por los que no se cumplieron sus promesas, y se comprometió a seguir trabajando para que la reapertura del Centro Cultural Juan B. Terán, entre otros locales, se haga realidad.
"Estamos tratando de suplir la falta de espacios con el apoyo a las bandas desde otras acciones, como el ciclo Invierno Rock, que este año repetimos en Floresta", destacó Guzman.
Además, aseguró, se busca fomentar la actividad rockera desde otros puntos, "aunque sea en especies, apoyando recitales, por ejemplo". En ese sentido, comentó que se vienen haciendo algunas cosas más chicas en las salas Orestes Caviglia y Hynes O?Connor. "Sé que tampoco es lo óptimo, pero es lo que tenemos y tratamos de aprovecharlo", insiste.
Según Guzman, el respaldo al rock se da también con subsidios que se otorgan para que las bandas organicen sus shows o graben sus discos. "Eso es parte de la política cultural de esta gestión, y se viene haciendo con regularidad y no sólo con el rock, sino también con el teatro, el folclore y otras expresiones artísticas", apuntó.
"Tal vez no podemos cumplir con todos, pero tratamos de ser pluralistas y amplios porque sabemos que necesitan ayuda para trabajar", agregó.
Ante los planteos de varios músicos respecto de que el Estado no debería ocuparse del tema de manera directa, el funcionario los contradice. "Sí debe brindar apoyo y espacios físicos, aunque sin pretender que la tarea independiente quede anulada por ello. Creo que son caminos que se cruzan, y no es como creen muchos, que dejan de ser independientes si piden ayuda del Estado o del sector privado; no es excluyente", opinó Guzman.
"La independencia pasa por otro lado, y aunque hay muchos pruritos porque ven al Estado como el estatus político, nosotros tratamos de que no se ensucie o se rebote un proyecto por cuestiones políticas... En ese aspecto estoy tranquilo", aseguró Guzman.
Respecto de los prejuicios y la persecución que muchos argumentan, él sostiene que de su parte eso no existe. "No puedo poner las manos en el fuego por otros, pero yo no siento eso por el rock y no tengo ninguna fobia. Puede ser que esté un poco viejo para el género, pero no tengo prejuicios", reitera, y cuenta con entusiasmo que está gestionando la llegada de Fito Páez a la plaza Independencia.
"Como músico que soy, no estoy anquilosado en tareas burocráticas, y jamás perseguiría una expresión artística -recalcó-. Me gustaría contar con muchos más medios y salas para apoyar al rock, y estamos trabajando en eso".