El cantante dejó más de 10.000 corazones ardiendo en Tucumán

El cantante dejó más de 10.000 corazones ardiendo en Tucumán

"El Salmón" cantó, bailó, e hizo que los tucumanos lo siguieran durante más de dos horas. Un show prolijo, con una banda de lujo, en un encuentro bien organizado. Tocó temas para todos.

ENTREGA TOTAL. Andrés recorrió el escenario decenas de veces, jugó con los músicos, coqueteó con las chicas y habló lo justo y necesario.LA GACETA / FRANCO VERA ENTREGA TOTAL. Andrés recorrió el escenario decenas de veces, jugó con los músicos, coqueteó con las chicas y habló lo justo y necesario.LA GACETA / FRANCO VERA
21 Marzo 2008
El cantante cantó. Había comentado que últimamente estaba chispeante y con ganas de hablar. Pero en Tucumán, las casi dos horas de recital tuvieron pocas palabras y mucha música, demasiada. Lo que Andrés Calamaro tenía para decir, lo dijo con sus canciones, que son muchas, aunque haya tocado sólo 31.
Cantó, bailó, saltó. El y la banda. Y también los más de 10.000 tucumanos y norteños que sin importar la edad o la trayectoria en las lides del rock argentino, sintieron en algún momento escozor en su espalda, piel de gallina.
El feeling con esa banda de lujo que lo acompaña en la gira se transmite hacia abajo del escenario, como cuanto tocaron "Mi gin tonic", y el español Julián Kanevsky se largó a jugar con la guitarra. O con "A los ojos", aquel tema de Los Rodríguez que cautivó a nostálgicos de todos los tiempos, con Andrés convertido en un guitarrista brioso.
Así como repasó algo de su vieja banda española, paseó por gran parte de su extensa discografía, incluyendo "Costumbres argentinas", de Los Abuelos de la Nada, en una versión despojada, casi a capella, acompañado por el piano. Por supuesto que ese tema fue dedicado a la memoria de Miguel Abuelo, de cuya muerte se cumplirán 20 años el miércoles. Tampoco dejó pasar la oportunidad de reivindicar su disco "Tinta roja", y junto con los coreutas de Bersuit Daniel Suárez y Cóndor Sbarbatti, cantó "Los Mareados" (de Enrique Cadícamo) y "Mano a Mano" (de Carlos Gardel y Celedonio Flores).
Las 31 canciones que hizo a lo largo de poco más de dos horas, incluyendo cinco bises de lujo, fueron versiones diferentes a las originales, y también a las que interpretó en recitales anteriores. Las guitarras estuvieron al frente y al palo, sueltas y libres para acomodarse a su antojo en cada tema. Porque Andrés es la estrella y el que está adelante, pero es una banda con todas las letras la que lo acompañó en la presentación del disco "La lengua popular".
El cantante estaba feliz. Se notó todo el tiempo; en sus movimientos por el escenario que en más de una oportunidad hicieron recordar a su nuevo gran amigo Indio Solari. Y fue, tal vez, la razón por la que rompió una regla de oro e invitó a cantar en vivo a otra persona, que nos es justamente un vocalista: Bebe Contepomi, periodista y colaborador de nuestro suplemento 4AM, se sumó en "Me arde" poniéndole mucha onda.
Muchos momentos marcados por esas canciones ideales para parejitas, como "Señal que te he perdido", se alternaron con otras que llevaron al pogo, como "Flaca" y "Loco".
Hubo quejas entre el público. Pero fue extraño que hayan sido por el excesivo celo puesto en la organización, en la higiene de los baños (aunque después de dos horas mucho no se podía pedir en ese sentido). La forma de ingresar fue fluida a pesar de que había largas filas en la calle.
Si alguna vez Andrés hizo algo mal, lo arregló. La propuesta de "El Salmón", el tema con el que empezó el recital y el delirio del público, encontró su respuesta en vivo.

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