Un debate de fuerte contenido ideológico consumió más de una hora de la sesión cuando se repudió el último golpe de Estado. La polémica giró sobre el origen de la violencia de la década del ?70. El primer orador fue el radical José Cano, quien fustigó lo ocurrido hace casi 32 años y reivindicó la democracia. Luego, Marta Zurita (PJ) resaltó que aún hoy continúa la lucha por la memoria de los 30.000 desaparecidos. Cuando Luis José Bussi pidió la palabra se produjo un profundo silencio. "Condeno todas las interrupciones institucionales, muchas de ellas impulsadas por sectores políticos que hoy se rasgan las vestiduras. Pero también recuerdo a todos los muertos, de uno y otro lado, que perdieron la vida en una injusta guerra fraticida. Los que desataron la violencia fueron grupos cobijados por el peronismo", señaló. La referencia al justicialismo motivó reacciones. El legislador Pedro Balceda dijo que Bussi (hijo) goza de una democracia construida por miles de muertos y rechazó que se vincule a Perón con sectores violentos.
Oscar Godoy (PJ) recordó el secuestro de su padre y aseguró que fue (Antonio) Bussi quien encabezó la masacre. Esteban Jerez (Ciudadanos contra la Corrupción) elogió la derogación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida.
Roberto Palina recordó a los dirigentes Atilio Santillán y Leandro Fote y fustigó a Juan Carlos Onganía por el cierre de ingenios. Antonio Raed aseveró que el peronismo aportó muertos y sangre.
Osvaldo Cirnigliaro defendió el rol de Perón. "Muchas tragedias enlutaron a los argentinos. La muletilla es tratar de vincular a Perón con una de ellas, pero es gracias al peronismo que estamos sentados en estas bancas", planteó.
Fernando Juri Debo mencionó a dirigentes desaparecidos, pero aclaró que el recuerdo no es rencor. Roque Alvarez celebró los 25 años de democracia. "Es el único régimen que se corrige a sí mismo, sin riesgo de que un auto verde con encapuchados busque a nadie a la medianoche", dijo. Luego, todos aprobaron una resolución e hicieron un minuto de silencio.