BUENOS AIRES.- A mediados de julio de 2006, Fidel Castro pasó por Argentina e hizo por última vez lo que tantas veces había hecho en el extranjero: sacudir a un país con solo pisarlo.
En la que terminó siendo su gira final como estadista, Castro encandiló a miles de personas con uno de sus dramáticos discursos al aire libre, discutió con otros presidentes y hasta peleó cara a cara con algunos periodistas.
Apenas 12 días después, la edad y el deterioro físico ya no le permitirían volver al poder que apretó durante medio siglo en Cuba. Su gobierno anunciaba el 31 de julio de 2006 la delegación del poder en favor de su hermano Raúl tras una cirugía de urgencia en la zona intestinal.
Cuba empezaba a cambiar y las intensas 48 horas que había pasado Castro en Argentina para participar de una cumbre presidencial cobraron un alto precio a su salud.
Su última salida
Durante su estadía en Córdoba, Castro se mostró afable con el público, que siguió cada una de sus apariciones, particularmente cuando visitó, junto al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, la casa donde el líder guerrillero Ernesto "Che" Guevara transcurrió su infancia.
La visita mostró a un Castro distendido e interesado en los primeros años de vida de su compañero de armas. Incluso Chávez lo reprendió afablemente por la gran cantidad de preguntas que hizo con su voz ronca a la guía.
El mandatario dio dos discursos en los que sacó lustre a su legendaria capacidad oratoria, que contrastó con la constante ayuda que solicitaba a sus custodios a la hora de hacer esfuerzos físicos mínimos como ascender escaleras o entrar y salir de un vehículo.
Delgado, histriónico y relajado, Castro sumó más de cuatro horas de retórica en público, entre las alocuciones que hizo ante los siete presidentes sudamericanos reunidos y los miles de simpatizantes que asistieron al acto nocturno al aire libre con el que cerró su gira argentina.
Castro había llegado a Córdoba al atardecer del 20 de julio, en un avión presidencial cubano del que descendió ataviado con su uniforme clásico verde oliva. El líder dejó esa provincia dos días después, en medio de una noche clara y rodeado de una caravana de automóviles y sirenas policiales. Fue su última salida pública de Cuba.(Reuters)