19 Febrero 2008 Seguir en 
EL TEXTO EN EL QUE SE DESPIDE. Fue publicado hoy en el diario oficial Granma. REUTERS
LA HABANA, Cuba.- El convaleciente líder Fidel Castro anunció hoy que no seguirá como presidente de Cuba, y se despidió del poder después de casi medio siglo como leyenda viviente de la izquierda mundial.
Castro, de 81 años, confesó en un texto publicado por el diario oficial Granma que aún no se ha recuperado de la enfermedad no revelada que lo obligó a transferir hace un año y medio el poder a su hermano Raúl.
"A mis entrañables compatriotas, que me hicieron el inmenso honor de elegirme en días recientes como miembro del Parlamento, les comunico que no aspiraré ni aceptaré -repito- no aspiraré ni aceptaré, el cargo de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe", escribió Castro.
La decisión de no postularse para otro mandato de cinco años despeja el misterio sobre el futuro político del hombre que ha gobernado Cuba desde la revolución de 1959, desafiando a Estados Unidos y convirtiéndose en un mito para la izquierda mundial.
Castro reconoció no estar en condiciones físicas de volver a ser presidente, aunque aclaró que goza de un dominio total de sus facultades mentales. Su sucesor será anunciado el domingo, cuando el Parlamento cubano se reuna para renovar al Consejo de Estado.
Raúl Castro, un general de 76 años que fue durante medio siglo su mano derecha y lo reemplaza interinamente desde que enfermó, es el candidato más firme para sucederlo.
La posición de Bush
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que se encuentra en Ruanda como parte de su viaje por Africa, no hizo comentarios sobre los planes de Castro. El portavoz de la Casa Blanca, Gordon Jondroe, señaló que más tarde realizaría un informe sobre el tema.
Washington mantiene desde hace más de cuatro décadas un embargo económico contra Cuba para tratar de aislar al líder.
En su mensaje, Castro confió en que la vieja guardia que lo acompaña desde sus días de guerrillero en la Sierra Maestra tiene la autoridad y la experiencia para garantizar el reemplazo. "El camino será difícil y requerirá el esfuerzo inteligente de todos", escribió.
Sin sorpresas
Castro se apartó temporalmente del poder el 31 de julio de 2006 tras una operación intestinal que lo tuvo, según dijo, al borde de la muerte. No ha sido visto en público desde entonces.
Su despedida no pareció tomar a los cubanos por sorpresa. "Aquí todo el mundo sabía hace rato que Fidel no volvía más. El pueblo se acostumbró a que no estuviera", dijo Roberto, un empleado cuentapropista de 54 años."Si dijo que el poder pasa a la `vieja guardia`, entonces seguro que es Raúl", añadió.
Muchos cubanos esperan que las nuevas autoridades adopten medidas para mejorar la calidad de vida en un sistema donde el Estado paga los salarios en pesos y vende productos importados en una moneda 24 veces más fuerte. Creen que Raúl, un militar con imagen de pragmático, puede reactivar la economía sin apartarse del modelo socialista.
La figura de Fidel continuará, sin embargo, en el trasfondo. Su renuncia a la presidencia no impide que sea elegido miembro del Consejo de Estado o desempeñe el papel de un veterano estadista. Asimismo, mantendrá una gran influencia política desde su puesto de primer secretario del gobernante Partido Comunista.
Desde ahora, dijo, seguirá escribiendo ensayos en la prensa, como desde hace casi un año. "No me despido de ustedes. Deseo solo combatir como un soldado de las ideas", precisó. (Reuters)
Castro, de 81 años, confesó en un texto publicado por el diario oficial Granma que aún no se ha recuperado de la enfermedad no revelada que lo obligó a transferir hace un año y medio el poder a su hermano Raúl.
"A mis entrañables compatriotas, que me hicieron el inmenso honor de elegirme en días recientes como miembro del Parlamento, les comunico que no aspiraré ni aceptaré -repito- no aspiraré ni aceptaré, el cargo de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe", escribió Castro.
La decisión de no postularse para otro mandato de cinco años despeja el misterio sobre el futuro político del hombre que ha gobernado Cuba desde la revolución de 1959, desafiando a Estados Unidos y convirtiéndose en un mito para la izquierda mundial.
Castro reconoció no estar en condiciones físicas de volver a ser presidente, aunque aclaró que goza de un dominio total de sus facultades mentales. Su sucesor será anunciado el domingo, cuando el Parlamento cubano se reuna para renovar al Consejo de Estado.
Raúl Castro, un general de 76 años que fue durante medio siglo su mano derecha y lo reemplaza interinamente desde que enfermó, es el candidato más firme para sucederlo.
La posición de Bush
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que se encuentra en Ruanda como parte de su viaje por Africa, no hizo comentarios sobre los planes de Castro. El portavoz de la Casa Blanca, Gordon Jondroe, señaló que más tarde realizaría un informe sobre el tema.
Washington mantiene desde hace más de cuatro décadas un embargo económico contra Cuba para tratar de aislar al líder.
En su mensaje, Castro confió en que la vieja guardia que lo acompaña desde sus días de guerrillero en la Sierra Maestra tiene la autoridad y la experiencia para garantizar el reemplazo. "El camino será difícil y requerirá el esfuerzo inteligente de todos", escribió.
Sin sorpresas
Castro se apartó temporalmente del poder el 31 de julio de 2006 tras una operación intestinal que lo tuvo, según dijo, al borde de la muerte. No ha sido visto en público desde entonces.
Su despedida no pareció tomar a los cubanos por sorpresa. "Aquí todo el mundo sabía hace rato que Fidel no volvía más. El pueblo se acostumbró a que no estuviera", dijo Roberto, un empleado cuentapropista de 54 años."Si dijo que el poder pasa a la `vieja guardia`, entonces seguro que es Raúl", añadió.
Muchos cubanos esperan que las nuevas autoridades adopten medidas para mejorar la calidad de vida en un sistema donde el Estado paga los salarios en pesos y vende productos importados en una moneda 24 veces más fuerte. Creen que Raúl, un militar con imagen de pragmático, puede reactivar la economía sin apartarse del modelo socialista.
La figura de Fidel continuará, sin embargo, en el trasfondo. Su renuncia a la presidencia no impide que sea elegido miembro del Consejo de Estado o desempeñe el papel de un veterano estadista. Asimismo, mantendrá una gran influencia política desde su puesto de primer secretario del gobernante Partido Comunista.
Desde ahora, dijo, seguirá escribiendo ensayos en la prensa, como desde hace casi un año. "No me despido de ustedes. Deseo solo combatir como un soldado de las ideas", precisó. (Reuters)
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