La tenencia de mascotas silvestres plantea preocupaciones respecto de la conservación de especies y el bienestar animal. Esos dos interrogantes se plantean, justamente, alrededor del ñandú ”Pimentón”.
Desde la reserva de Horco Molle, la guardafauna Leila González asegura que sólo se recomienda tener perros y gatos como mascotas.
“Es un delito claro. Son animales que deben vivir en su hábitat. Tenerlos en estas condiciones representa un gran daño. Hay que tomar conciencia, porque puede acarrear accidentes graves”, advierte la profesional. “Es usual que el animal que fue sacado de su hábitat tienda a identificarse con el ser humano y lo tome como su par. Una vez que esto ha sucedido es imposible recuperarlo. Hay que quererlos y respetarlos como tales; eso implica permitirles permanecer en su lugar”, expresa González. “El suri es un animal muy curioso; le llaman la atención pequeñas cosas, el brillo o las formas extrañas; y cuando esto sucede, tiende a picotearlas. Tiene una gran fuerza en sus patas y si se siente agredido su primera reacción será un patada que puede causar gran daño. Al compartir su lugar con otros animales, es común que se den conflictos territoriales y dentro de esa lucha, el dueño puede terminar herido”, sentencia González.
La guardafauna concluyó que en época de celo del animal “la situación se complica”.