Ideas para enfrentar una propuesta de trabajo

Patricia Palomo mira atentamente los avisos del rubro 740 de LA GACETA. Busca un empleo que se adecue con su perfil y anota varios que le interesan en un papel. “Cuesta conseguir algo seguro”, le dice al periodista que la consulta, mientras la joven de 25 años lee los avisos clasificados en la recepción del diario, tal como decenas de chicos que apelan a la publicación para conseguir una oportunidad laboral. Patricia afirma que desde los 12 años se capacitó en Corte y Confección, pero también adquirió experiencia en venta y atención al público. “Lo malo es que una, muchas veces encuentra un empleo eventual, pese a que demuestra competencias para seguir en el puesto”, acota.
En los últimos meses, la oferta laboral por avisos clasificados creció notablemente. En parte, por la necesidad de contar con un personal más calificado frente a tanta oferta laboral; también por una cuestión estacional, sobre todo en el comercio, que requiere de trabajadores temporarios para atención al público en un mes de alto consumo, como lo es diciembre. 
Los jóvenes son los que evidencian una mayor ansiedad por insertarse en el mercado de trabajo. Al leer y luego a responder a los avisos clasificados, la mayoría de ellos comete lo que los consultores de Recursos Humanos llaman un pecado capital: buscar trabajo de lo que sea. “Se trata de una mala carta de presentación, porque refleja que esa persona no se ocupó de desarrollar su potencial”, advierte la consultora María Oterino de Abbate. El aviso clasificado -señala- trata de concentrar, en pocas palabras, lo que la empresa necesita, apuntando hacia la experiencia. En ese contexto, el postulante debe efectuar un autoanálisis sobre sus potencialidades y luego direccionar su búsqueda. “El joven tiene que elegir un oficio o profesión y tratar de perfeccionarse, para demostrarle al entrevistador que es el mejor cafetero, empleado administrativo o contador, según los casos”, puntualiza Oterino de Abbate. Desde su experiencia, señala que es un error “buscar el empleo que sea”, porque el entrevistador capta de entrada la falta de preparación, más allá de lo que diga el currículum vitae.

Especular no sirve
En la búsqueda laboral, la generalidad no es buena compañera. “En un mercado tan concentrado como el de Tucumán, hay mucha gente que escribe al albur y no está capacitada para el puesto que se ofrece”, indica a nuestro diario Francisco Kassar, coordinador general de NF Kassar Consultores.
“Los jóvenes -no todos- son muy proclives a repartir CV por todos lados y, cuando les llega una oportunidad, a veces la rechazan o la paralizan esperando la respuesta de otro lugar”, indica Kassar, al referirse a otro de los errores que suelen cometer.
En los avisos clasificados, las consultoras suelen ser específicas respecto de los requisitos para el puesto ofrecido. “Pese a ser bastante precisa la oferta, hay gente que se presenta y no está encuadrada con el perfil. Cuando se habla de capacitación dentro de la empresa, es en una actividad específica, no de cero”, advierte Kassar.

El perfil buscado
Diseñador gráfico, administrativo o cadete. Vendedor eventual, para las próximas fiestas navideñas, oficial albañil o chofer. Auditor, profesional capacitado en informática o en manejo contable, son algunos de los empleos ofrecidos a través de los avisos clasificados.
El proceso de selección, según las consultoras, puede demandar sólo algunos días o entre dos o tres semanas, según el perfil buscado. Así, alguien que busca insertarse en el comercio podrá lograrlo en el corto plazo porque ya se acerca diciembre. Pero para un puesto altamente calificado las exigencias son mayores. En este caso, las consultoras apelan a exámenes de aptitudes psicotécnicas, informes laborales y ambientales, para corroborar que el o los postulantes reunan todos los requisitos señalados en un aviso clasificado.