Escenificación de la tarea de pensar

Defensa del papel del libro en la historia. Por Carmen Perilli. ENSAYO.

07 Octubre 2007
La prosa de Angélica Gorodischer exhuma sentido del humor y se enuncia con tono de cotidianidad. A la tarde, cuando llueve reúne un conjunto misceláneo de ensayos de los que emerge la figura de una autora sabia y recordadora, casi una representación de las ancianas de la tribu primitiva. Entre los textos nos encontramos con temas variados. Algunos surgieron como comunicaciones para congresos; otros, como artículos periodísticos. Si el ensayo escenifica la tarea de pensar, Gorodischer cumple con este requisito uniendo ingenio e imaginación. Adopta un gesto lúdico para enfrentar materias disímiles. Se refiere a la literatura infantil con frases provocadoras: "Me pregunto si existe eso que se llama literatura para niños. Yo creo que los chicos tienen que leer de todo".
La autora habla acerca del control de los cuerpos, el arte de "cocinar" novelas y el aporte femenino a la historia de la literatura. Con humor alude a sus antepasados en "Yo soy una judía trucha", a través de un divertido trenzado de genealogías.
En el ensayo que lleva el título del volumen hace una defensa del papel del libro en la historia humana. Con vehemencia toma posición y afirma: "Leer, esa aventura, nos va cambiando, nos va formando, nos va dando alas y entendimiento...".
En su definición del género, Beatriz Sarlo señala: "hay ensayos donde se cambia de dirección, se inventan atajos o se dan rodeos. Sobre todo: se improvisa en un sentido musical, trabajando sobre un tema hasta alejarse por completo, dar la impresión de que se lo ha perdido, encontrar en este tema las notas de otro en el que no se había pensado". Angélica Gorodischer se mueve a gusto en este terreno. Lo hace reconquistando el arte de la charla dentro del ensayo, recuperando la oralidad en un género que se caracteriza por el énfasis en el sujeto, en un mundo que ha proclamado, a veces, su desaparición.
© LA GACETA

Tamaño texto
Comentarios