Hasta fin de año tiene la agenda completa, y recorrerá distintos continentes: de Buenos Aires se irá a grabar a París; luego regresará a Brasil para internarse en un estudio donde interpretará la Misa Criolla con un coro de ese país; el 14 de octubre dará un concierto en China y posteriormente actuará en México. "Sí, a la vejez viruela estoy trabajando mucho, y obteniendo un gran reconocimiento en diferentes partes del mundo", admite Jaime Torres, en una entrevista con LA GACETA.
Este "único jujeño nacido en Tucumán", como se denomina a sí mismo, se da el lujo de defender la tradición pero al mismo tiempo, de mezclar el charango con la música electrónica, como en su reciente álbum "Electroplano".
La semana pasada, Jaime Torres, que lleva tocando el charango casi 60 años, participó en dos charlas en el ciclo de Café Cultura Nación; en Tafí Viejo y en Concepción.
"El charango ha cobrado una gran dimensión y magnitud, pero todavía falta el reconocimiento a quienes trabajaron con ese instrumento, y a quienes lo comprenden como lo que es: una expresión de una cultura determinada. Hay que valorar esa cultura, y tener en cuenta qué significa. La verdad es que hay muy poca bibliografía, porque en los libros de historia ni figura, y no es porque no existía sino porque ha sido expresamente anulado", le dice a este diario, en un tono de entre resignación y enojo. "El charango es un instrumento que se fue incorporando en los últimos 50 años. Hasta entonces, era un instrumento un tanto desconocido, con una presencia menor y subestimada por la gran mayoría. No dejaba de ser un instrumento de acompañamiento", reflexiona en otro tramo de la conversación.
Jaime Torres no sabe por qué no toca en Tucumán desde hace varios años. "Me gustaría hacer mi obra aquí; pero bueno, no me invitan", señala. Y concluye la entrevista recordando que sigue creyendo en los viejos trovadores: "respeto mucho a gente como Rolando Valladares", señala.