Que no se repita

Que no se repita

Investigación. La aparición del cuerpo de una joven trae a la memoria lo ocurrido con Paulina Lebbos. Un análisis de Juan Manuel Montero, Redacción LA GACETA.

28 Agosto 2007
Un análisis de Juan Manuel Montero, Redacción LA GACETA.


Cualquier referencia a Paulina Lebbos les hace erizar la piel a las autoridades judiciales y policiales de Tucumán. Sucede que, a pesar de los 18 meses transcurridos desde que la joven desapareció, en el voluminoso expediente no hay ni una pista que permita establecer cómo halló la muerte. Ciertamente tampoco se está haciendo mucho como para encontrarlas. Por eso, en medio de los festejos por la reelección de José Alperovich, la aparición de una adolescente sin vida en un precipicio hizo sobrevolar otra vez el fantasma de Paulina. Nadie puede negar que hay puntos en común: la víctima, Carla Romina Ortega, es una adolescente de 17 años, que el viernes había planeado salir a la noche a divertirse. Jamás llegó a la casa a la que le había dicho a sus padres que iba, y apareció sin vida en un barranco. Pero en algunos aspectos la lección parece haberse aprendido. El fiscal Pedro Gallo en persona fue a San Javier y supervisó las tareas. Nadie tocó el cuerpo hasta que lo hicieron peritos criminalísticos, bioquímicos y médicos. La zona fue resguardada para evitar que la presencia de extraños contaminara la pruebas. Se realizó una autopsia rápida y minuciosa. Casi en el acto se entrevistó a familiares, amigos y vecinos. Se encontraron testigos y se determinó la causa de la muerte. A Carla no la violaron ni la golpearon. Resta saber ahora si alguien la empujó, si ella se tiró o si fue un trágico accidente. Hay dudas, es cierto, pero los investigadores están a tiempo de desentrañarlas. Si fue el mismo gobernador quien prometió que tras ganar las elecciones pondría el acento de su gestión en la seguridad, la muerte de Carla debe ser esclarecida rápidamente. Y también debe ser un necesario llamado de atención para que nadie se olvide de Paulina.