Una crisis derivada de la burbuja inmobiliaria

Una crisis derivada de la burbuja inmobiliaria

Inversores se desprendieron en forma masiva de títulos vinculados a hipotecas.

17 Agosto 2007
La crisis bursátil es una consecuencia de una burbuja inmobiliaria desatada en Estados Unidos. Este fenómeno se produjo a partir de un ritmo acelerado de la construcción de inmuebles en ese país.
Esta dinámica impulsó los valores de mercado. Además, las operaciones de compra-venta eran estimuladas por una muy accesible oferta de préstamos hipotecarios.
Entre los créditos, se encuentran los denominados subprime (de alto riesgo), que permiten un financiamiento del 100% de la propiedad, excluyendo requisitos como la justificación de ingresos, de modo que la única garantía es el inmueble.
Debido a la sobreoferta de propiedades los precios comenzaron a bajar y empezó a subir la morosidad, porque los compradores de casas advirtieron que les salía más barato comprar una casa al contado, que pagar durante 20 o 30 años la hipoteca que habían tomado.
Entonces, se ejecutaron esas hipotecas, pero los bancos, al caer el precio, recibían activos no líquidos (inmuebles) que valían, entonces, mucho menos que cuando otorgaron el préstamo.
Así las cosas, comenzaron a fundirse las compañías crediticias y los inversores del mercado de capitales empezaron a desprenderse de los títulos emitidos por los bancos, que daban una renta resultante del interés crediticio.
Como esa venta de títulos fue creciendo hasta volverse masiva, los inversores institucionales se declararon en default (anunciaron que no podían pagarlos) y, para recuperar liquidez, los tenedores de esos títulos comenzaron a desprenderse de otras acciones. Esto es lo que explica la caída global de los mercados de capitales.