Trabajos de estudiosos franceses sobre el sociólogo Pierre Bourdieu

Por Coriolano Fernández. El campo literario, histórico y geográfico, la comparación con Piaget, lo singular y lo colectivo, por ejemplo.

04 Diciembre 2005

El francés Pierre Bourdieu, uno de los sociólogos destacados en la segunda mitad del pasado siglo, nació en Deguin en 1930; estudió en la Escuela Normal Superior y en La Sorbona y desde los veinticinco años ejerció la docencia en Argelia, París, y Lille más tarde, en dicha Escuela Normal, hasta desembocar en el College de France. Falleció en 2002.
Dirigió el Centro de Sociología Europea (cargo en el que sucedió a Raymond Aron) y la Escuela Superior de Ciencias Sociales. Su obra publicada es muy vasta, algunos trabajos fueron escritos en colaboración con Jean Claude Passeron.
Merced a enfoques marxistas y con influencia de Foucault, Bourdieu se centró en asuntos como la exclusión; los desheredados del progreso moderno y de la técnica; la pobreza; el avance de la globalización y el sufrimiento social. En los últimos tiempos su discurso fue tomando la forma de un solo gran argumento contra el neoliberalismo.
No escaparon de su ojo crítico la educación, el periodismo (en especial, la televisión) ni la vida académica. Más que hablar de la "sociedad de la información", Bourdieu propone la "sociedad del espectáculo", donde el poder no es tanto el poder hacer sino el poder contar, narrar.
Para sus investigaciones recurrió a otras disciplinas -como la antropología social y la filosofía-, y puede decirse que rebasó la categoría de sociólogo para insertarse en la más amplia de intelectual fascinado por su tiempo y por la trama de las relaciones entre los seres humanos.
Bernard Lahire ha conformado un volumen colectivo con trabajos de estudiosos franceses. El propio Bourdieu dice en Razones prácticas sobre la Teoría de la Acción (1994) que la esencia de su tarea estaba "condensada en pocas nociones: campo, habitus y capital". Y el volumen se despliega también en tres partes: Campos, Habitus y Cultura y Poder simbólico, que contienen tres ponencias cada una.
Los temas de estas ponencias incursionan, entre otros aspectos, en los campos literario, histórico y geográfico; en la relación entre lo singular y lo colectivo; en la comparación Bourdieu-Piaget, y en los medios de comunicación y sus limitaciones; y hay un apéndice sobre la economía ortodoxa a partir de Bourdieu. Pensar hoy a Bourdieu, dice Lahire, supone evitar el par de ideas maestro-discípulo; superar un estructuralismo obsoleto; no tener miedo de ser antiacadémico y rehusarse a los dogmatismos. Esto es más respetuoso del autor que aplicar sus nociones y sus métodos como si hubiesen quedado congelados. (c) LA GACETA

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