Tucumán los espera

Tucumán los espera

Por Guillermo Monti - Prosecreario de Redacción.

11 Noviembre 2006
Através de las páginas de LA GACETA puede construirse la historia de los hermanos Rodrigo y Emanuel Lucenti. Sus primeros pasos en las categorías juveniles, su inmediata proyección a los primeros planos del yudo nacional, su acceso al seleccionado argentino, sus éxitos. Fueron años de sueños, ilusiones y conquistas, pero también de golpes y de frustraciones. En nuestro país, la vida de los deportistas de elite es un constante peregrinar en procura de respaldo económico para competir mano a mano con los mejores. Cientos de talentos se quedan en el camino; desanimados por la indiferencia, hartos de golpear puertas que nunca se abren. Los Lucenti sufrieron -y sufren- esa realidad, a veces de manera encarnizada. Que Emanuel y Rodrigo hayan conquistado medallas de oro en los Juegos Odesur tiene mucho de perserverancia y de orgullo personal, porque fue extenso el trayecto de sus carreras que debieron recorrer en absoluta soledad. Este es el momento para que, de una vez por todas, ese panorama cambie y restablezcan la relación institucional con Tucumán que nunca debió romperse. Que representen a Mendoza por culpa de un conflicto con la Federación Tucumana de Judo es absurdo. Se impone una mediación, a la que no pueden ser ajenos los organismos oficiales, para que ellos porten la bandera del deporte provincial. Contar con dos representantes de segura proyección olímpica, y no darles un lugar preponderante, es un pecado imperdonable.


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