Es importante tener en cuenta que hay que ejercitar el lenguaje para conservar la capacidad de usarlo. En este sentido, hay ciertos ejercicios, como palabras cruzadas, crucigramas, sopas de letras o la búsqueda de sinónimos en el diccionario, que logran activar las palabras y su significado.
“El paciente puede generar sus propios ejercicios con los nombres de sus conocidos. Un buen método es ir al cine, a tomar un café con amigos y charlar sobre la película que se acaba de ver. Lo fundamental es que la persona no se frustre cuando aparece la anomia. El rodeo o soliloquio es importante, porque cuando se busca una palabra el que escucha terminará dando la respuesta correcta”, indicó Macarena Martínez Cuitiño.
Participar de la vida social ayudará a las personas que padecen estas dificultades a comunicarse; también es importante incentivar las cualidades individuales, la mirada y los gestos, esenciales para la comunicación.
Hay quienes precisan la ayuda de un sistema de comunicación aumentativo o alternativo. “Se dice que es aumentativo cuando, a través del sistema, se le da al individuo una estrategia más para implementar en ese lenguaje que está empobrecido; en cambio, es alternativo cuando la persona perdió el lenguaje y hay que ayudarlo a adquirir un sistema nuevo, algo que utilice para suplantar el que perdió”, explicó.
Hay casos severos, por ejemplo, en los que lo gestual no le sirve al paciente se les da cuadernos, donde se agrupan palabras por categoría. “Así, si el paciente no puede hablar pero conserva la capacidad de leer”, detalló.