Mancini se siente orgulloso por el triunfo

BUENOS AIRES.- Alberto "Luli" Mancini, el capitán y estratega del equipo de Copa Davis, dejó de lado su habitual bajo perfil y admitió que se siente orgulloso por el triunfo, que permitió llegar por segunda vez en la historia a la definición del certamen.
"Siento un placer enorme, una gran satisfacción por lo que se consiguió. Estar en la final es una sensación especial y creo que es merecido por lo que mostró Argentina en los últimos años", afirmó.
"Hace muchos años que Argentina tiene un equipo fuerte, por eso es merecido esto que conseguimos. Sucede que para ganar la Davis se tienen que dar muchas cosas, que por suerte en esta temporada están de nuestro lado", analizó Mancini.

Las claves
El capitán reconoció la calidad de cada uno de los integrantes del equipo. "¿Las claves de esta victoria? Creo que primero fue la unión, porque este equipo es muy fuerte, y después la calidad de los jugadores. Los chicos manejaron bien la presión de tener que ganar en un estadio ocupado por casi 15.000 personas", expresó.
Posteriormente, Mancini manifestó que "el punto de ?Chucho? fue muy importante, porque hubiera sido difícil jugar el dobles estando uno a uno".
Con respecto a la final, el capitán se mostró confiado, pero cauto. "Primero hay que ver cómo se define la serie en Rusia, pero yo estoy seguro de que la Argentina tiene chances ante cualquiera que sea el rival", opinó. (Télam-DyN)


BUENOS AIRES.- La definición de la serie semifinal en favor de la Argentina enterró ayer cualquier atisbo de emoción para la jornada de hoy, en la que ambos capitanes harán cambios en su formación inicial.
Alberto Mancini dejará descansar a David Nalbandian, quien jugó viernes y sábado, y en su lugar entrará Juan Ignacio Chela, para disputar el primer partido, a partir de las 11. Su rival sería Wayne Arthurs, ya que el capitán australiano John Fitzgerald no alistará a Lleyton Hewitt. Mientras que el otro single lo disputarás José Acasuso y Mark Philippousis, una vez que culmine el primer juego. Los cotejos se jugarán al mejor de tres sets y serán televisados por TyC Sports. (Télam-Especial)


BUENOS AIRES.- Argentina, que ayer accedió por segunda vez a la final de la Davis, disputó su única definición en 1981; la perdió como visitante con EE.UU. Ese match se jugó del 11 al 13 de diciembre de 1981 en el Riverfront Coliseum de Cincinnati y el equipo argentino (el capitán era Carlos Junquet), perdió por 3-1 sobre superficie rápida. En la serie, John McEnroe le ganó a Guillermo Vilas, José Luis Clerc a Roscoe Tenner, Peter Fleming y McEnroe vencieron a Vilas y Clerc en el dobles y el punto decisivo lo aportó McEnroe al doblegar a Clerc en cinco sets. (Télam)


Szczecin.- El formoseño Edgardo Massa fue eliminado del challenger en la ciudad polaca de Szczecin, al perder en la semifinal con el ecuatoriano Nicolás Lapentti por 7-6 (7-4) y 6-4. Lapentti definirá el torneo con el checo Bohdan Ulihrach, quien superó en la restante semifinal a su compatriota Jiri Vanek por de 3-6, 6-4 y 6-4.
En Calcuta, India, Martina Hingis, le ganó a la local Sania Mirza por 6-1 y 6-0, y jugará la final del torneo con la rusa Olga Poutchkova (18 años), quien venció a Iroda Tulyaganova, de Uzbekistán, por 6-4 y 6-4. (Télam-Reuter)


Diego, otra vez I. Diego Maradona disfrutó ayer como un hincha más la clasificación para la final de la Copa Davis y se llevó como trofeo la camiseta que utilizó el misionero José Acasuso en su triunfo sobre Lleyton Hewitt. A la hora de las declaraciones, no se cuidó de las contradicciones al referirse al australiano. Pasó del "habría que arruinarlo, estropearlo, ajusticiarlo en la cancha" a "es un fenómeno, un maestro, un jugador bárbaro". Y la "bendición" se completó con: "se portó como un caballero".

Diego, otra vez II. Fue el comentario de todos en el estadio del parque Roca, sobre todo de quienes creen en cábalas: ya empezaron a atribuirle a Maradona cualidades de amuleto de la buena suerte para el equipo nacional. Por ello, se lo imaginan viajando a Moscú en diciembre, si la final es con Rusia; o nuevamente revoleando su remera al aire si el choque es con EE.UU., en Buenos Aires.

Un desenlace a pura fiesta. Gritos, cánticos, papeles y champaña, ante la emocionada mirada de casi 15.000 personas, coronaron la fiesta en el parque Roca. Jugadores, técnicos y colaboradores terminaron abrazados en una montaña humana sobre la colorada superficie de polvo de ladrillo. Y el cantó "¡Olé, olé, olé, cada día te quiero más", hizo atronar las instalaciones del flamante estadio.