A 95 kilómetros de la capital tucumana y pegadito al límite con Salta, un viejo pueblo guarda leyendas.En pleno invierno, brilla bajo el sol. Con algunas calles empedradas, una plaza rodeada de casas coloniales y restos de sus antiguos habitantes diaguitas y choromoros, San Pedro de Colalao se ofrenda al viajero.
La villa está ubicada a 24 kilómetros al oeste de Trancas. En esta época del año, son escasas las lluvias y las altas cumbres brindan un hermoso espectáculo, especialmente cuando amanecen nevadas y contrastan con el azul del cielo.
Aunque el circuito Valle de Choromoro no sólo es San Pedro. Al oeste de la villa se encuentra el pintoresco caserío de Hualinchay. Rodeada de montañas, esta localidad seduce al viajero desde el primer el primer instante. Muy cerquita de allí también se encuentran los pueblos de Gonzalo y Rearte Sur. Allí, a más de 1.200 metros sobre el nivel del mar, los animales son los dueños de la tierra. La única señal de que hay civilización en esas cumbres es un tendido eléctrico.
Regresando por la ruta 9, y a 75 kilómetros de San Miguel de Tucumán, se llega a la ciudad de Trancas. Se trata de un poblado que se convirtió en un centro estratégico para la defensa del norte. Así, el pueblo atesora recuerdos de los hechos más resonantes de nuestra independencia, ya que allí el general Belgrano retomó el mando del Ejército del Norte.
En definitiva, se trata de un circuito con mucha identidad.