KIEV.- Miles de ucranianos guardaron ayer un minuto de silencio para conmemorar el vigésimo aniversario del mayor accidente nuclear de la historia. Las campanas de las iglesias comenzaron a sonar a la 1.23 en Kiev, en recuerdo del instante en que, el 26 de abril de 1986, la alarma alertó a la población sobre la explosión de uno de los reactores de la central nuclear de Chernobyl. El presidente ucraniano, Víctor Yuschenko, se unió a la multitud para una vigilia a la luz de las velas y un servicio religioso frente a una capilla construida en memoria de las víctimas.
El estallido en la central ucraniana liberó durante diez días una gigantesca nube radiactiva que, empujada por los vientos, se extendió hasta llegar a países europeos. La catástrofe dejó 200.000 muertos y miles de personas con secuelas gravísimas por efectos de la radiación.
Desde el Vaticano
El papa Benedicto XVI también recordó a las víctimas del trágico accidente, durante su audiencia pública de los miércoles en la plaza de San Pedro. Asimismo, pidió hoy a los responsables de la humanidad hacer un esfuerzo unitario para que se ponga toda la energía al servicio de la paz, en el respeto de las exigencias del hombre y la naturaleza.
Ucrania no está en condiciones financieras para superar las consecuencias de la avería de Chernobyl, que para 2015 podrían sumar daños totales por U$S 170.000 millones. No obstante, en unas semanas podría comenzar la construcción de una segunda cubierta sobre el accidentado reactor número 4. El nuevo sarcófago, que cubriría al de acero y hormigón que cubre al reactor y que ya presenta grietas y fugas radiactivas, tendría una longitud de 260 metros, 150 de ancho y una altura de 108 metros. (Reuter-AFP-NA)