El "santo" sueña con la conciencia tranquila

El "santo" sueña con la conciencia tranquila

Sentenció la serie ante La Florida, en una revancha tan aburrida que generó varios bostezos. Roldán quedó triste por la baja.

09 Abril 2006
El movimiento es en cámara lenta: el cuello cede; la mandíbucae; los párpados se juntan. El cuerpo está por ingresar en la etapa que se conoce como reposo sensorial. De pronto, el “Ratón” Ibáñez quiebra la cintura una vez para aquí, otra vez para allá, y dibuja un centro a la medialuna del área: Zárate congela el tiempo y su volea le presume a una nube. Van nueve minutos. No se duerman, recién comienza...
San Martín y La Florida salen a la cancha. Basta comparar los recibimientos de sus públicos para confirmar que la serie está definida. En un rincón, un puñado de 33 soñadores (luego serán más) toma aire, agita palmas y saluda a los jugadores del “tricolor”. Cinco minutos después, miles y miles prolongan la fiesta que comenzó en el Monumental con bandera gigante, serpentinas y fuegos artificiales. Será de lo más lindo en la tarde. Pero no se duerman, falta lo mejor...
Porque después de aquella foto panorámica de Zárate, el “santo” se tomó cinco minutos para que Juan Cortés, sin querer queriendo, aprovechara los párpados débiles de Sergio Romero, quien se despertó cuando la pelota ya le había burlado las manos para abrazarse con la red. San Martín sentenciaba un juicio de 180 minutos que condenó a los guerreros del “Negro” por sumisos y resignados. Resultaba difícil evitar el claustro hasta el comienzo del torneo que viene, pero La Florida nunca se animó a descontar la ventaja del local.  De hecho, la única situación del “tricolor” pasó por los pies de Villafañe, que esta vez se olvidó el traje de verdugo. En cambio, la defensa tuvo como pilares a Nieva y a Cativa quienes censuraron a Cortés y a Ibáñez S.A.; y Miguel Brandán se apropió del mediocampo. No fue suficiente: el problema se acentuó en la apatía de los atacantes, quienes fueron bien controlados por los defensores de San Martín.
El equipo de Roldán cumplió con el compromiso e iba al frente porque se lo pedía toda su gente, pero aburrió más que otra cosa. Los volantes se prestaron la pelota con diplomacia; Cristian Zárate quería crear, pero pocas veces lo hizo. De todas maneras, el enganche mereció que esas manos que ocultaban el bostezo, aplaudieran su actuación.
Resultó uno de esos partidos que duran 90 minutos y a los que le sobran 90 minutos. De todas formas, emocionado por el orgullo de los jugadores de La Florida, el árbitro cobró un penal que no hubiera cobrado en otra situación. Y cuando los visitantes emprendían el regreso hacia el este, prolongaron su agonía para ver cómo Sergio Peralta pateaba fuerte al palo derecho y cómo Javier Lavallén volaba aún mejor a ese mismo lugar. Ni el tiro del final le iba a salir a La Florida, que lo mismo se fue con la cabeza en alto: nunca compensó sus desaciertos con coscorrones en las cabezas de los jugadores de San Martín. Esas que anoche se hundieron en las almohadas con tranquilidad. Saben que el primer paso está dado; que el sueño del ascenso empezó a acercarse, un poquito más, a la realidad.

El técnico deberá recurrir a Serrano como lateral izquierdo
A Carlos Roldán se lo notó con sensaciones encontradas. Por un lado, tranquilo porque sus dirigidos dieron un paso que los acerca a la final de los play offs; por el otro, con la preocupación por no poder contar, de aquí en más, con Mario Vera.
“Estoy triste. En una acción desafortunada, dos de nuestros jugadores -Vera y Juan Monge- chocaron y Marito fue el que sacó la peor parte. El equipo se queda sin Vera. Lamentablemente me confirmaron que se trata de una lesión seria como lo es la fractura de un maxilar”, lamentó el entrenador, que cuenta  con Jorge Serrano como el sustituto natural de Vera. De hecho, ayer fue “Chopi” quien ingresó.

Asunto liquidado
Sobre lo que sucedió en el campo de juego, Roldán se tomó las cosas con calma. “La serie prácticamente estaba definida en el partido de ida. Entonces,  en esta ocasión, debíamos manejar el accionar de acuerdo a nuestras pretensiones. Creo que el gol que señaló Juan Cortés nos permitió controlar el partido con mayor tranquilidad. Quizás, no estuvimos bien de tres cuartos de cancha para arriba, de lo contrario podríamos haber hecho un gol más”, concluyó el entrenador de los “santos”.


Visita “azabache”

El reloj marcaba las 15.45.  En ese momento, se abrieron las hojas del portón que tiene el estadio de La Ciudadela, en la intersección de Matienzo y Bolívar, para permitir el acceso del micro que trasladaba a los integrantes del plantel de Central Norte de Salta, que esta tarde jugará ante Concepción FC, por el Argentino “B”.
El primero en descender del transporte fue Miguel Alberto Amaya. El técnico del equipo salteño recibió el afecto de los simpatizantes. El “Tigre” presenció el partido desde la platea alta junto al resto de la delegación. Una vez finalizado el cotejo, los jugadores del “azabache” ingresaron al campo de juego para realizar algunos ejercicios recreativos.

Ni qué ocho cuartos
Por Alfredo Aráoz
Salvo Atlético, cualquier otro equipo de los que están en carrera puede ser el rival de San Martín en los cuartos de final, o sea, cuando queden los ocho mejores. El candidato más probable se llama Racing, de Córdoba, al que el “santo” le ganó una y cada una de las veces que lo enfrentó, incluida la eliminatoria del torneo pasado. Ahora bien, más allá del historial a favor, se sabe que no es bueno el recuerdo si un cordobés se cruza en la instancia que viene, la misma que en el Apertura presentó como verdugo a Juniors. Más allá de los gentilicios (pueden ser sunchalenses, rafaelinos o hasta formoseños), San Martín avanza en los play offs de manera similar a la del Apertura: pasó los octavos de final sin despeinarse. Las razones para soñar con jugar la final en Bahía Blanca entusiasman: excepto los tres refuerzos, todos se conocen; tiene más gol; luego de algunos tropiezos en el inicio, el equipo llega de menor a mayor; y Roldán consolidó a jugadores como Jorge Serrano en el fondo (reemplazará a Vera, una baja importante), David Robles por los laterales, y Antonio Ibáñez en el ataque. Pasó La Florida. Que pase el que sigue. Y qué cuartos ni ocho cuartos.

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