Alperovich dijo que no quiere presiones

"A mí no presiona nadie", dijo el gobernador José Alperovich cuando se le preguntó sobre los pedidos que está recibiendo y que recibirá para que el recital de Callejeros no se realice.Además, dijo que está evaluando la situación, luego de haberse reunido con familiares de víctimas de la tragedia de Cromagnon.
El defensor del pueblo de Tucumán, Jorge García Mena, informó que le envió al ministro de Seguridad Ciudadana, Mario López Herrera, y al intendente Domingo Amaya, una resolución con varias recomendaciones en materia de seguridad. Luis Fernández, padre de una de las víctimas, se reunió con él para solicitarle que interceda para que el show no se haga.
"No nos manifestamos ni a favor ni en contra del recital, porque no es nuestra competencia; sí le planteamos a las áreas correspondientes lo mismo que dijimos el 5 de enero de 2005, después de esta tragedia, en cuanto a normas de seguridad y control", explicó el defensor del pueblo.
García Mena, además, dijo que su opinión personal es que Callejeros "deberían tener en cuenta consideraciones morales y éticas para ver si se hace o no, más allá de su legitimidad para ejecutar su música".
El ministro de Seguridad reconoció que el recital de Callejeros es un desafío para la cartera que él dirige. "Hay personas que tienen un pensamiento democrático y que sostienen que sólo un juez puede decidir si se permite realizar un espectáculo. Por otro lado, están los padres de las víctimas, que manifiestan que el grupo no debería actuar y que se expresan con violencia", dijo."Si se autoriza la realización, el ministerio trabajará para garantizar la seguridad y que el espectáculo se desarrolle sin problemas. Y si la Justicia no decide autorizarlo, nosotros garantizaremos que no se lo haga", agregó el funcionario.

Locos por el rock
Segmentación
Tucumán nunca tuvo en cuenta aspectos ambientales. Si no, miren los ingenios y fábricas que convirtieron en vaciadero al río Salí. Y la lluvia negra de la zafra... para cuya solución el plazo pactado es de 20 años. Hay un nivel de riesgo alto en caso de incendio en los espacios oficiales por el congestionamiento de gente y falta generalizada de mantenimiento. Y dentro de estos aspectos , la actividad cultural corre en el mismo sentido... siempre dentro de los despachos oficiales. Cuando se habla de la inversión privada, no es lo mismo. Primero, la concurrencia a pubs y locales gastronómicos es baja en cantidad (no más de 150 personas en general) lo cual lleva a que una evacuación sea muy fácil.Tampoco tienen elementos altamente inflamables o de una combustión demasiado tóxica (fue uno de los motivos que más víctimas cobró en Cromagnon)... maderas, ladrillos, vidrios... de eso no pasa. Vistas las cosas en general, y no hablo de las bailantas, no deberíamos tener prohibiciones. Los problemas reales son otros, como ser el consumo de alcohol y drogas; la violencia instalada en los pibes; la decrepitud del transporte público; la falta de contención en los hogares; la precarización del mercado laboral. Al lado de esto, realmente el rock es un paraíso donde siempre tenemos una onda, nuestros amigos, vuelo intelectual, nuestra creatividad en desarrollo, códigos, contención y todo los que nos falta y llega de la mano más impensable... casi gratis. Y este es un aspecto que debe entender el Gobierno: las necesidades y los problemas de los tucumanos son distintos de los de los porteños. De tal manera que no deben temer convertirse en Ibarras o cosas por el estilo. ¿Segmentación es la palabra?
Luis Albornoz
Guitarrista de Redd

Nunca más
Recordando el golpe de Estado, la sociedad se centró en pedir justicia y en decir "nunca más". Hoy, miles de padres reclaman justicia por la vida de sus hijos. Para que haya justicia, primero hay que encontrar a los culpables. En un lugar llamado Cromagnon, tocó una banda, alguien prendió una bengala y ocasionó una catástrofe. ¿Quiénes son los culpables? Un empresario, Omar Chabán, preso. Un jefe de gobierno, Aníbal Ibarra, destituido. Y una banda que alentó el uso de pirotecnia. Les tocó a ellos, y es justo aceptar su parte de culpa. Tampoco podemos negar que culpa tiene la sociedad por aceptar lo que está mal. Y así, se aplaudirá a un grupo que tiene parte de la culpa. Se los aplaudirá y se pagarán entradas para que cumplan sus sueños artísticos, cuando muchos sueños se apagaron con la muerte. Como parte de esta sociedad, no puedo aceptar semejante falta de respeto. Es vergonzoso que Tucumán sea el escenario de este desastre y que nadie haga nada. ¿El compromiso surgirá 30 años después, cuando ya no haya mucho por hacer?
María Florencia Robles
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