16 Mayo 2024
Estrés, ansiedad o depresión: ¿cómo identificarlas y cuáles son las diferencias?
En la sociedad contemporánea, el estrés, la ansiedad y la depresión son desafíos significativos para la salud mental. Expertos en psicología y salud mental observaron un aumento alarmante en la prevalencia de estos trastornos, lo que subraya la importancia de comprender y diferenciar entre ellos para abordarlos de manera efectiva.
La psicoterapeuta Marcella Fattore, en una reciente intervención en Telemundo, compartió su perspectiva sobre este tema, destacando el cambio en la percepción social hacia las enfermedades mentales y la creciente disposición para discutir sobre ellas. Este cambio, aunque positivo, también plantea desafíos adicionales en el manejo y la comprensión de estas condiciones.
De qué se trata la depresión
La Organización Mundial de la Salud estima que alrededor del 5% de la población adulta mundial sufre de depresión, una enfermedad que afecta a personas de todas las edades y géneros, aunque se observa una mayor prevalencia en mujeres.
La depresión se caracteriza por una combinación de síntomas, que pueden incluir una disminución del interés o placer en actividades diarias, cambios en el peso corporal, trastornos del sueño, fatiga persistente y pensamientos recurrentes de inutilidad o muerte.
Contrariamente a algunos mitos comunes, la depresión no discrimina según el estatus socioeconómico y no es simplemente una cuestión de "actitud". Es un trastorno mental complejo que puede afectar profundamente la calidad de vida de quienes lo experimentan.
Diferenciando estrés, ansiedad y depresión
Si bien el estrés, la ansiedad y la depresión comparten algunas similitudes en términos de síntomas emocionales, cognitivos y físicos, existen diferencias clave entre ellos.
El estrés suele ser una respuesta temporal a situaciones desafiantes o demandantes, mientras que la ansiedad implica una preocupación excesiva y persistente que puede interferir con el funcionamiento diario.
La depresión, por otro lado, es un trastorno del estado de ánimo que afecta la capacidad de una persona para disfrutar de la vida y realizar actividades cotidianas.
Es importante reconocer estos matices para poder brindar el apoyo adecuado a quienes lo necesitan. Por ejemplo, mientras que el estrés puede abordarse con técnicas de manejo del tiempo y el estilo de vida, la ansiedad y la depresión pueden requerir intervenciones más especializadas, como la terapia cognitivo-conductual o la medicación.
Prevención y apoyo
La prevención y el apoyo son fundamentales en la lucha contra el estrés, la ansiedad y la depresión. Mantener un estilo de vida saludable, fomentar el autocuidado y buscar ayuda profesional cuando sea necesario son pasos importantes en la promoción de la salud mental. Además, es crucial ofrecer apoyo compasivo y comprensivo a quienes puedan estar experimentando estos trastornos, alentándolos a buscar ayuda profesional y brindándoles un entorno seguro y de apoyo.
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