San Martín sumó tres puntos de oro puro

Los dirigidos por Roldán no debieron haber sufrido tanto en tierra santafesina. Roja para Gustavo Ibáñez. El conjunto de La Ciudadela terminó ganado con un tanto de penal.

DESAHOGO. Luciano González celebra con los puños apretados la conquista del tercer tanto. José María Bernal corre a unirse al festejo.( LA GACETA /Antonio Ferroni enviado especial) DESAHOGO. Luciano González celebra con los puños apretados la conquista del tercer tanto. José María Bernal corre a unirse al festejo.( LA GACETA /Antonio Ferroni enviado especial)
26 Marzo 2006
SUNCHALES (Enviado especial, Alfredo Aráoz).- Ay, San Martín. Es verdad entonces eso que cantan al viento: "ay, ay, ay, yo gozo mejor que todos?" Es verdad porque tal goce demanda que en el gusto esté la variedad.
Un menú que ofrece de plato principal una panzada de emociones; que despierta el apetito con una entrada hecha a gusto y paladar de los gourmets Ibáñez; que atora el bocado cuando las manos turbias empiezan a pitar; pero que se cierra con un postre de orgullo ante la adversidad.
El equipo de Roldán llena con dos goles y un festival en 45?; cae como una patada al hígado cuando le empatan y vuelve a saborear, con el cuchillo entre los dientes, esa guapeada y justicia penal de González. El plato del día fue Sunchales a la carta, aunque cueste caro. Ay, ay, ay?
La tentación comienza cuando pasan los primeros minutos. Como un caballero pipón, se sienta, se acomoda la servilleta en el segundo botón de la camisa, agarra los cubiertos y ataca. Los comensales del medio son Avila y Elúa. Mastican los tobillos y se adueñan del sector.
Con el primer bocado cocido, llega el turno del buen mozo para que les sirva a los hambrientos de San Pablo. Y ahí aparece David Richard Robles; nombre cool para una receta culinaria que no falla: dos desbordes por izquierda y asistencias a los Ibáñez. Primero cede a Gustavo. Y da gusto ver cómo la manda a dormir en el ángulo de Diego Núñez; pasan cinco minutos (una ráfaga más y van?) y llega el turno del sobrino Antonio: Robles toca para Gustavo, Gustavo toca para Robles, Robles toca para Antonio y Antonio toca para cerrar la función, 2-0. ¿Buen apetito? No.
El encuentro estaba para cerrarlo, pero se apuraron dos veces con la sobremesa y después llegó el malestar estomacal.
El juez Neivert empezó a pitar tan raro como su apellido e imaginó un castigo de Serrano a Cristian Núñez.
Manuel García cambió por descuento el penal y los minutos empezaron a caer pesado. Morales Santos había jugado un hermoso primer tiempo, pero el feo de Charra le dio para que cante y "Jairo" fue reemplazado por Zárate, que le dio un brazo largo al equipo. El asedio local parecía llegar a su fin cuando Oviedo sacrificó sus tobillos para que viera la roja Giacomini. Y más todavía cuando Salteño consagraba a Lavallén una de las figuras. Pero no. El delantero, que sólo es verdugo de Atlético, salió por un pibe de la casa llamado Centurión, que necesitó 10 segundos para poner el empate. Y encima se le quemó la paciencia al bueno del "Ratón", que le puso el codo a Malenque. De lo que fue un festín sólo quedaban migajas.
Hasta que Robles volvió a servir en bandeja para que el guapo de Luciano González gane un penal, encienda el horno de las plateas y se ponga frío para saciar el hambre de gloria. Para que las cintas negras por el duelo de la familia Cortés no queden en el suelo y la dedicatoria viaje al corazón del rubio. Para que gocen mejor que todos. Ay, ay, ay?

El "Ratón" cayó en la trampa
Tenía una cara? Pobre "Ratón", su mirada lo delataba. Había jugado un primer tiempo soñado, pero terminó con un estrés de oficinista. Con bronca y autocrítica, Gustavo Ibáñez fue el último que salió del vestuario. Con el pelo mojado todavía, habló de una tarde de sensaciones encontradas. "El árbitro se apuró un poco al sacarme la roja, pero ya pasó. Reconozco que fui a encarar a Marcos Malenque. Yo le había ganado la posición y él me puso toda la mano en la cara. Fui a buscarlo y reaccioné. Caí en la trampa", asume el atacante, que fue expulsado cuando faltaban nueve minutos y ahora espera la sanción que lo marginará, como mínimo, del comienzo de los play offs.
Cuando el "Ratón" habla de haber caído en una trampa tiene sus razones. Los defensores, resignados, acuden al juego brusco y esperan la reacción del delantero. Con el empate recién concretado, Gustavo perdió la paciencia.
"Ese defensor ya me había pegado en el primer tiempo; lo hizo dos veces, una me produjo un corte en la cabeza y tuvieron que ponerme pegamento. Contra Racing de Córdoba, me había pasado lo mismo, pero ahora reaccioné. Estoy arrepentido", asumió. Los nervios lo traicionaron.

Rincón santo
DOLORIDO, PERO CONFORME.- Carlos Morales Santos fue uno de los jugadores más golpeados de la cancha y debió salir reemplazado por Cristian Zárate. "Me patearon mucho, pero me sentí muy bien. Más que lamentar no haberlo liquidado, lamenté el empate de ellos, porque nos desordenamos. Sobre la expulsión, le dije al ?Ratón? en las duchas que ya era tarde para arrepentimientos, que lo tome como experiencia", aseguró "Jairo".
 APOYO PARA CORTES.- Los jugadores de San Martín salieron al campo de juego con cintas negras, que fueron perdiendo con el correr de los minutos, en señal de apoyo a Juan Cortés, quien no jugó por el fallecimiento de su padre. Los hinchas repudiaron que no se hiciera un minuto de silencio, pero también expresaron su cariño con un cántico: "se siente, se siente, Cortés está presente".
 RECUERDO PARA ELUA.- Antes de comenzar el encuentro, el volante Juan Elúa recibió una camiseta por parte de los dirigentes de Unión Sunchales. El "Vasco" redondeó una tarde feliz porque debutó de titular en el Clausura, cumplió una muy buena actuación y fue agasajado por los plateístas locales, que no olvidaron su paso por el club santafesino durante el Clausura de 2003. En Sunchales, Elúa finalizó los estudios de Kinesiología.
 INCENTIVO PARA LOS HINCHAS.- La dirigencia de Unión Sunchales es un lujo. No sólo recuerda a los jugadores que pasaron por el club sino que también incentiva a los hinchas a que concurran al estadio. Impulsados por la televisación del partido, regalaron entradas para que los habitantes vayan a alentar al equipo. Además, la atención a la prensa está a cargo de Cristian Astore, quien trató con amabilidad a los periodistas tucumanos.

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