01 Marzo 2006 Seguir en 
DIALOGO. Bono se reunirá con representantes de ONG. REUTER
Buenos Aires.- Siempre atento a los avatares de la actualidad, Bono supo asumir el rol del rockero comprometido con asuntos de fuerte impacto social, como las violaciones a los derechos humanos, la ecología y el hambre.
Esa postura militante llegó a oxigenar un género que, paralelamente, fue asimilándose al sistema y convirtiéndose en la asumida y aceptada música de fondo de la realidad. Sin embargo, las preocupaciones del creador que, por ejemplo, en la Argentina cedió los derechos de la canción “Madre de los desaparecidos” (incluida en el álbum “El árbol de Joshua”, de 1997) a la Asociación Madres de Plaza de Mayo, con lo que reunió fondos para su actividad política, fue mutando.
Quizás invadido por una visión más realista o menos romántica de la política, el artista comenzó a ponerse del lado de buena parte de los más poderosos de la Tierra para convencerlos de la necesidad de terminar, por caso, con la pobreza en Africa.
Así, en junio de 2004, Bono fue capaz de acusar a la Unión Europea (UE) de no cumplir con sus promesas de ayuda a Africa, donando a las naciones de ese continente el 0.7 % de su Producto Bruto Interno. Antes de esa queja, el músico pidió el perdón de la deuda externa para los pueblos más endeudados, y participó en giras humanitarias encabezadas por funcionarios del Fondo Monetario Internacional.
En la Argentina lo aguardan encuentros con dirigentes de Amnistía Internacional y de Greenpeace (a quienes recibirá en la antesala de los conciertos en River) y tal vez se haga un tiempo para recibir la distinción con que la Legislatura porteña lo declaró huésped de honor de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Mientras tanto, un grupo de niños argentinos de los Talleres de Transformación Para La Paz, de la ONG Vecinos sensibles, del barrio capitalino de Palermo, espera entregarle a Bono un pergamino grabado en una placa de aluminio correspondiente a una bomba atómica.
Antes de los shows, Bono se reunirá con representantes de Amnistía Internacional y de Greenpeace. (Télam y DyN)
Esa postura militante llegó a oxigenar un género que, paralelamente, fue asimilándose al sistema y convirtiéndose en la asumida y aceptada música de fondo de la realidad. Sin embargo, las preocupaciones del creador que, por ejemplo, en la Argentina cedió los derechos de la canción “Madre de los desaparecidos” (incluida en el álbum “El árbol de Joshua”, de 1997) a la Asociación Madres de Plaza de Mayo, con lo que reunió fondos para su actividad política, fue mutando.
Quizás invadido por una visión más realista o menos romántica de la política, el artista comenzó a ponerse del lado de buena parte de los más poderosos de la Tierra para convencerlos de la necesidad de terminar, por caso, con la pobreza en Africa.
Así, en junio de 2004, Bono fue capaz de acusar a la Unión Europea (UE) de no cumplir con sus promesas de ayuda a Africa, donando a las naciones de ese continente el 0.7 % de su Producto Bruto Interno. Antes de esa queja, el músico pidió el perdón de la deuda externa para los pueblos más endeudados, y participó en giras humanitarias encabezadas por funcionarios del Fondo Monetario Internacional.
En la Argentina lo aguardan encuentros con dirigentes de Amnistía Internacional y de Greenpeace (a quienes recibirá en la antesala de los conciertos en River) y tal vez se haga un tiempo para recibir la distinción con que la Legislatura porteña lo declaró huésped de honor de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Mientras tanto, un grupo de niños argentinos de los Talleres de Transformación Para La Paz, de la ONG Vecinos sensibles, del barrio capitalino de Palermo, espera entregarle a Bono un pergamino grabado en una placa de aluminio correspondiente a una bomba atómica.
Antes de los shows, Bono se reunirá con representantes de Amnistía Internacional y de Greenpeace. (Télam y DyN)
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