Hoy no podía dejar de llamarlo. Es un día especial, y seguramente él ni siquiera lo sabe.
-Usted me llama a mí. Le juro que no sé nada. Estuve en Bolivia aprendiendo un poco de cultura indígena, y después en Buenos Aires. La última marcha de las Madres de Plaza de Mayo es un hecho histórico. No puede olvidarse de que ellas sembraron la semilla para que vuelva a germinar la democracia en la Argentina. Pero, ¿a qué se debe que sea usted el que llama?
-No quería dejar pasar este 29 de enero sin saludarlo.
-Gracias, pero no es mi cumpleaños.
-No, ya lo sé, pero hoy murió un gran creador y si no fuera por él, usted y yo no estaríamos hablando.
-Mmm. No me diga. Pero no sé de quién se trata.
-De Osvaldo Soriano. El murió un 29 de enero hace nueve años y él fue inspirador de estos diálogos...
-Ahhh. Sí, lo recuerdo. Bueno, aprovecho que usted paga la llamada: cuénteme cómo anda el reino de Alperovich. Me enteré de que, como Bussi, va a tener su propia Constitución.
-Así parece. Hay quienes conjeturan que el alperovichismo sacará 34 de los 40 convencionales.
-¿Qué, no hay oposición?-Sí, pero no todos van a los comicios. Sólo quieren controlar.
-¿Quééé?
-Sí. Los seis partidos de la oposición que menos votos sacan participarán de los comicios. Pero hay una propuesta de los radicales respecto de que todos se presenten en los comicios (aunque no tengan candidatos) para fiscalizar.
-Otra vez los tucumanos con las rarezas. Usted me quiere decir que: ¿proponen que los partidos que no se presentan en los comicios vayan y pongan fiscales? Eso es inaudito. ¿Por qué hacen eso?
-Porque algunos de los que se presentan dicen que el 19 de febrero habrá fraude.
-Entonces. que no se presenten; más aún, si no tienen o tienen que pedir prestados fiscales. Qué raro que es todo en su provincia.
-Bueno, no es para tanto.
-Vamos. Me acuerdo que hasta hace no mucho pagaban los sueldos con papeles pintados.
-Ahora también.
-No juegue conmigo.
-Bueno. No todo el sueldo pero el 20 % se abona con tickets Canasta.
-¿Todavía? ¿No es que hay superávit y que sobra plata en su provincia?
-Sí.
-Me imagino que la plaza debe tener a todos los gremios estatales quemando gomas.
-No, los gremios no dicen nada.
-Bueno, pero en la Legislatura debe haber un gran revuelo.
-No, no pasa nada. Todos están muy ocupados con la elección de convencionales constituyentes. -Claro, es comprensible. Debe haber afiches por todos lados.
-Sí, hay muchos.
-Entusiasmados con la vieja Ley de Lemas, debe haber miles de caras de candidatos mirando a cada transeúnte.-No, no hay ningún candidato que mire o que cuente su proyecto.
-¿?
-Hola. ¿Está ahí?
-Sí, pero usted me confunde.
-Es que la única cara que se ve en los afiches es la de Alperovich.
-No me diga que es candidato a constituyente.
-No. Lo que ocurre es que él pone la cara porque lo que está en juego es su reelección.
-Ahhh. Bueno, pero debe tener la mejor cara y debe pasar por el mejor momento. El Alperovich más dócil debe estar en esta campaña porque está en juego su continuidad.
-Sí, eso.
-Entonces no se pelea con nadie y hay una gran armonía. No hay oposición y él está en campaña.
-Bueno. Fue un gusto hablar con usted, quise saludarlo.
-Espere, me está ocultando algo. ¿Hay algún problema?
-En el reino de Alperovich no hay problemas. El gobernador puede acusar al presidente subrogante de la Legislatura de tener doble discurso y no pasa nada.
-¿Fernando Juri Debo no dijo nada?
-Perdón, ¿le sorprende? Nadie contradice al primer mandatario. Ni siquiera el presidente de la Corte.
-Ahora sólo falta que usted me diga que Alperovich tenía razón.
-No le digo nada. Pero el gobernador se enojó porque Juri Debo recibió el proyecto de reforma tributaria y no dijo nada. Luego, sentó a distintos sectores para que despotriquen contra el proyecto del Ejecutivo. El que es candidato a constituyente terminó generando más oposición que los partidos que no son peronistas. "No debería hacer política con el cuero de José", comentaron los sijosesistas que están a la vuelta del gobernador.
-Pero Juri Debo hizo bien. Es importante que las entidades intermedias opinen. ¿Me imagino que lo mismo se hizo con el presupuesto de la provincia?
-No. No fue tan consecuente. En aquella oportunidad ni los legisladores tuvieron posibilidades de estudiarlo con tiempo. Y, en ese caso, Alperovich avalaba el manejo que hacía Juri Debo. En cambio ahora lo maltrató.
-Bueno, pero eso pasa con la Legislatura que es un cuerpo político. Con el Poder Judicial no ocurriría algo así.-Ya pasó y el titular de la Corte se quedó callado.
-Bueno, el es presidente de la Junta Electoral y falta menos de un mes para los comicios. Sería tan grave como que Fernando Juri, el vicegobernador y miembro de la Junta Electoral saliera también a hacer publicidad de la reforma.
-Bueno, lo tengo que dejar. Lo cierto es que Alperovich no puede con su genio. Parece un lobo con piel de cordero. De todos modos, lo habló al vicegobernador para advertirle que la disputa con Juri Debo no era contra el Poder Legislativo.
-La complicó más.
-No, para nada. Juri aceptó quitándole importancia a lo que hizo su primo, y mañana o pasado se reunirán con Alperovich para delinear cómo afrontarán los comicios.
-Me imagino que no temen una derrota.
-No, ellos discuten para ver cómo consiguen que los opositores que se presentaron obtengan más votos y para ver cómo hacen para que los tucumanos vayan a votar. Mientras el gobernador pide por favor, en la Junta advierten que quien no vote podría ser multado, algo que no se hizo en los últimos 30 años de democracia. Tucson es así, cuando necesitan se acuerdan de exigir el cumplimiento de las leyes.
-Sólo falta imaginar que volverá la Ley de Lemas; que Bussi vendrá en febrero a declarar; que Alperovich se reúna otra vez, como al comienzo de su mandato, con Juan Carlos Romero y que este le dé consejos de cómo gobernar una provincia manejando todo, tanto la oposición como los medios de comunicación. Tucson ya no sorprende tanto. Empieza a ser previsible.
-Yo sólo lo hablé para hacerle un homenaje al escritor marplatense. Adiós. "De pronto recordé que había soñado con eso: un laberinto asfixiante en el que por más que caminara siempre estaba en el mismo lugar. Algo me atrajo, quizá la incertidumbre o mi propio miedo, y me largué a correr hacia cualquier parte", escribió el gran Osvaldo Soriano en 1990, en su libro "Una sombra ya pronto serás".