Famaillá se rindió a los pies de Bochini

El estadio de los sureños lleva el nombre de uno de los mejores jugadores del fútbol argentino. Un merecido homenaje. Los fanáticos del máximo ídolo de Independiente le ofrecieron todo su cariño. El "Bocha" firmó muchos autográfos, recibió una placa y demostró que la magia no se pierde .

¿ME FIRMA? Los chicos fueron muy respetuosos con el gran ídolo.LA GACETA / Franco Vera) ¿ME FIRMA? Los chicos fueron muy respetuosos con el gran ídolo.LA GACETA / Franco Vera)
18 Diciembre 2005
"¿Cuándo viene?", se preguntaban los vecinos que aguardaban al ídolo. No era un sábado más para Famaillá. Hasta el sol salió más fuerte para verlo bajar de su Polo mostaza. Lo esperaban cerca de las 10, pero como toda estrella que no hace de la puntualidad un culto, apareció cerca de la una de la tarde. En fin, nadie se quejó por la demora y todos se tiraron sobre él. Algunas veteranas enamoradas, otros cuarentones que parecían niños, y niños.
Ricardo Bochini puso el pie en la ciudad más conocida por sus empanadas que por el vínculo afectivo con todo lo que tenga que ver con Independiente. Incluso el máximo ídolo del "rojo" admitió su asombro por el amor que le brindó Famaillá. El club ubicado a 35 kilómetros de la capital ahora se llamará "Ricardo Bochini". Así, el agasajado cumplió un sueño que tenía pensado realizar en su tierra: Avellaneda.
El sueño se frustró inesperadamente. Independiente cumplió 100 años el 1 de enero y sus dirigentes decidieron ponerle un nombre a su cancha que siempre fue conocida como "La Doble Visera". Sorpresivamente, Bochini sumó 23 votos menos que el nombre elegido: "Libertadores de América".
El "Bocha" sufrió con el desaire. Pero ayer, los famaillenses lo hicieron sentir como en su casa. No sólo había hinchas del "rojo"; también los hubo de Boca y River. Bochini une pasiones, no cabe dudas. Y desata locura. Fotos del "Bocha" de hace diez años, autógrafos, emoción.
Cuando el protagonista logró llegar al vestuario, dejó sus bermudas marrones, se sacó su remera blanca y cambió las medias de algodón por unas de fútbol. Se vistió con el resto de los compañeros y se calzó unos botines negros Lotto, bien lustrados.
Antes de salir a la cancha, acusó un dolor en la ingle (viajó 12 horas en su auto desde Buenos Aires) y pidió un masajista, pero no había ninguno. Igualmente, salió a jugar. La barriga no es la misma, pero ¡qué lindo sigue acariciando la pelota! Sólo necesitará unos minutos para hacer paredes con el "Loco" Salinas y asistir con precisión a Dardo Urcevich, dos amigos del fútbol. Cansado por el viaje, repartió talento durante media hora y los testigos afirman que juega como siempre. Sin sacarle la mirada a la pelota, sin mucha movilidad y a un solo toque. Para qué más...
La visita de Bochini a su tierra adoptiva terminó como debía ser. Luego de los mil y un aplausos, del último autógrafo, de la última palmada, llegaron los recuerdos y sació el apetito con las célebres empanadas de la ciudad que un sábado le abrió sus puertas. Y el "Bocha", en una gambeta, le conquistó el corazón.

"Es lamentable que hayan inventado una votación"
Antes de jugar, Bochini accedió a un diálogo con LA GACETA, en la intimidad del vestuario del estadio que ahora llevará su nombre. El lugar donde se hizo la nota no cuenta con todos los lujos de los vestuarios por los que pasó, pero la emoción es la misma.
-¿Qué siente cuando entra de nuevo a un vestuario?
-Uno no se puede olvidar nunca de lo que más le gusta. Comencé a jugar al fútbol a los seis años; toda mi vida hice esto y, mientras lo pueda seguir haciendo, lo haré. En mi carrera conocí gente de la que hoy sigo siendo amigo; aprendí muchas cosas dentro de un vestuario.

-¿Qué le genera que un estadio lleve su nombre?
-Es un gran orgullo. Nunca imaginé que un estadio que no fuera el de Independiente llevara mi nombre. No hice nada en Famaillá y, sin embargo, me homenajearon así. Es una lástima que no sea en Independiente.

-¿Está dolido con el club?
-Si hubiese sido por la gente, el estadio hoy llevaría mi nombre. Es lamentable que hayan inventado una votación; todo estuvo digitado y programado por el presidente Julio Comparada. El tiene mucho que ver con todo esto; pero ellos son las autoridades del club y hacen lo que quieren. Si hubieran puesto una urna el día del Centenario, otra sería la historia, pero ya está. Del cariño de Famaillá no me olvido más.

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