El tango también se toca con sampler y sonidos electrónicos

Uno de los precursores es el grupo Gotan Project, que se lanzó a experimentar con la música ciudadana.

11 Diciembre 2005
El tango ya no suena como antes. El fenómeno de la electrónica ha invadido también a una de las músicas más tradicionales, que había sufrido un último sacudón en los tiempos de Astor Piazzolla. Y no faltan quienes opinan que fue el maestro del bandoneón quien, en definitiva, fue el precursor del tango electrónico; el género que está haciendo revivir el tango, y al que se identifica ya con el nuevo siglo. Claro que, así como tiene sus seguidores, también suma varios detractores.
El "electrotango" (tal es la denominación con la que se conoce a este tipo de música) es un sonido que mezcla los elementos tradicionales del 2 x 4 con sampler, sonidos electrónicos y beats de trip-hop (un género experimental vinculado a bandas electrónicas como Massive Attack o a la cantante Björk, abierto al soul, house y jazz). Los precursores de toda esta movida tienen nombre y apellido: fue en París, en 1999, cuando surgió Gotán Project, integrado por el argentino Eduardo Makaroff, el francés Philippe Cohen Solal y el suizo Christoph Mueller. Uno de sus discos, "La revancha del tango", vendió más de un millón de placas. "Lo nuestro es la búsqueda, la investigación y la experimentación underground. Es verdad que se abrió un nuevo género que lleva al tango a las computadoras y al sampler, y estamos contentos con eso", dicen Cohen Solal y Mueller.
Pero hoy ya se cuentan por decenas las agrupaciones que incursionan y crean esta música, principalmente en Buenos Aires, pero también en algunas ciudades del interior, como en Mendoza y en Rosario. Narcotango, Ultratango, Bajofondo, Tanghetto, Tango Crash y San Telmo Lounge son algunas de ellas. Incluso, en el barrio de San Telmo existe el Cub Experimental de Tango-Arte donde se toca y se baila.
El proyecto Bajofondo (dirigido por el conocido productor Gustavo Santaolla) recibió en 2003 el Grammy Latino al Mejor Album de Pop Instrumental, y acaba de presentarse en el Personal Fest, en Puerto Madero.
Tanghetto también estuvo nominado al Grammy Latino este año, y sus integrantes Diego Velázquez y Max Masri, señalan que los que los distingue es que "hacemos canciones, a pesar de que es música instrumental, pero no nos quedamos en la idea de música de fondo". El grupo funciona en sus presentaciones con un Vj. Carlos Libedinsky, creador de Narcotango, asegura que el electrotango "es el tango como debe ser hoy en día".
En Tango crash las armonías y melodías recuerdan al tango, pero son más bien propias de la música contemporánea del siglo XX. Leonardo Satragno, de Ultratango, señala al género como "la actualización al siglo XXI de la música ciudadana". En el disco "Astornautas" se sumó la voz de su padre, Raúl Lavié.

Entre el rechazoy la aceptación
En Tucumán, salvo escasas incursiones de uno u otro músico, el tango electrónico no tiene desarrollo. Y las opiniones están fuertemente divididas. Pero lo cierto es que este año, el grupo Ultratango se presentó en tres ocasiones en esta ciudad (en el teatro Alberdi y en el Orestes Caviglia), y trabajó a sala casi llena.
"No me gusta porque no me emociona; no me llama los sentimientos tanto ruidaje. Para mí, el tango es tango con los instrumentos de esa música, como el contrabajo, el bandoneón, el piano y los violines. ¿Cómo se sentiría la poesía de Homero Manzi en electrónica?", se preguntó la artista Cecilia Rivero.
Para Ceferino Décima, el tango electrónico es algo mágico. "Y pasa como en todo, hay cosas muy buenas y otras que son malas. Pero es muy importante escucharlo y discutirlo. Me llena de placer oír a Gotán Proyect y Bajofondo, por ejemplo. Creo que el tango es más o menos actual porque se acerca al alma de la gente. Y prefiero el electrónico a aquellos que hacen versiones de los clásicos y terminan siempre en lo previsible, en el mismo giro musical del bandoneón, por ejemplo", concluyó.
Gustavo Pláate hace décadas que se dedica a la música, y siempre está atento a las nuevas tecnologías.
En julio pasado, en el Centro Cultural Virla, presentó "Piazzollando", una experiencia pionera en la provincia. "Tomé obras como "Balada para un loco", "Adiós Nonino" y "Libertango" y las secuencié con arreglos electrónicos, y sobre esas pistas toqué el violoncello, que también tenía efectos electrónicos", le contó a LA GACETA.
"A mi me parece buena la idea de que músicas que fueron concebidas de forma clásica, se puedan unir con la electrónica, me gusta, y estoy de acuerdo con la aplicación de la tecnología a los géneros tradicionales", relató.

Los mayores siguen a los jóvenes en las pistas
"Un bailarín baila cualquier cosa, la melodía o el tiempo siempre posibilitan bailar, expresarse con el cuerpo", aseguró Martín Concha, integrante del grupo de Danzas Tango Joven, cuyos integrantes rondan los 25 años de edad.
Martín explicó que para aprender a bailar el tango lo mejor es empezar con la música de "la vieja guardia", porque según explicó tiene el tiempo mejor marcado. "Muchos dicen que bailar temas de Astor Piazolla es una irreverencia porque es música para escuchar, pero no es así, se puede bailar", afirmó.
El joven bailarín contó que en las milongas siempre alguien aparece con algún CD de un grupo de tango electrónico, y "son los jóvenes los que inician el baile; pero después, la gente más grande también se suma y disfruta". "Es algo que se acepta más cada día", añadió.
Martín agregó que cuando llegaron grupos de tango electrónico a Tucumán, "fueron siempre recibidos con los brazos abiertos por el ambiente tanguero".

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