Que el árbol no tape el bosque

Por José Calero. Las asignaturas pendientes del país.

23 Octubre 2005

BUENOS AIRES.- Tantas buenas noticias arrojó el país este año en materia económica que el Gobierno enfrenta el riesgo de dormirse en los laureles y dilapidar los logros alcanzados hasta ahora. El canje fue exitoso, la economía crece con fuerza y la industria trabaja a destajo. Pero la conducción económica no debería caer en la tentación de que el árbol tape el bosque, ya que aún es mucho lo que queda por hacer.
El ministro Roberto Lavagna confirmó a sus hombres de confianza que se queda al frente del Palacio de Hacienda y que la relación con el presidente Néstor Kirchner está en su mejor momento. No piensa disputarle, en 2007, a Kirchner su negada pero no tan secreta ambición de ir por la reelección.
Kirchner siguió tomando nota de que Lavagna es el ministro de mejor imagen y lo ratificó en el cargo por anticipado. Acaso Lavagna, de 63 años, piense que su turno llegará en 2011. "Debemos llegar al bicentenario con 10 años de crecimiento ininterrumpido", repite Lavagna. El bicentenario será en 2010, y al año siguiente habrá elecciones presidenciales: ¿Qué mejor oportunidad para coronar su carrera sentado en el sillón de Rivadavia? Pero lo anterior no es más que una especulación imposible de hacer en un país donde la historia y el destino de los hombres cambia de la noche a la mañana. Y falta tanto para el 2011...
Pese a sus tres años seguidos de crecimiento, la Argentina todavía está muy lejos de exhibir un desempeño para figurar en los libros de historia. La pobreza hace estragos en zonas del país que se parecen mucho a la "tierra de nadie". El desempleo baja pero sigue disimulado por el pago de planes sociales inconsistentes con un país que aspira a jugar en primera.Por eso, más allá del resultado electoral, es muy largo el camino que debe recorrer la economía argentina. La creación de empleo genuino y de un mercado laboral mucho más dinámico aparecen en primer lugar en la lista de asignaturas pendientes. El otro problema está vinculado con un desfase cada vez mayor que se viene detectando entre la oferta y la demanda.
Las industrias se acercan al tope de su capacidad instalada mientras la demanda, fruto de la mejora económica, crece en forma sostenida, presionando sobre los precios.
Lavagna ya le presentó en detalle los números a Kirchner, cuando debió convencerlo de que los aumentos de precios no eran sólo responsabilidad de supermercadistas, sino también de la falta de inversiones. De acuerdo con lo previsto en el Presupuesto, la inversión llegará al 21,5% de un Producto Bruto que crecería más del 4%. Algunos especialistas señalan que el ideal sería llegar al 25% en los próximos años.
El otro frente que deberá atender el equipo económico es la inflación, un desafío que no se aplacó ni mucho menos, y que está listo para hacer estragos en cuanto le den un poco de rienda suelta, como lo demostró la historia argentina cada vez que pudo. Kirchner admitió que la inflación lo desvela, pero garantizó que tomará todas las medidas para controlarla. ¿Podrá? (NA)

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