DIÁLOGO. Ponce de León describió como fue el encuentro con el plantel profesional. Foto de Alejandro Cruz/PRENSA CASM.
El vicepresidente de San Martín Rafael Ponce de León fue el primero en aparecer en la entrada de avenida Presidente Perón. Subió las escaleras del complejo “Natalio Mirkin” con paso seguro, anteojos de sol y una sonrisa que dejaba ver la mezcla de emoción y responsabilidad que atraviesa. La nueva comisión recién había sido oficializada y, horas después, ya estaba frente al plantel en un gesto fundacional.
La práctica avanzaba en plena intensidad cuando los jugadores advirtieron la presencia de la dirigencia. Ponce de León observó unos minutos, tomó aire y se acercó a la ronda. “Los vi enchufados y con buena energía. Fue un entrenamiento intenso”, describió. El dirigente evitó cualquier formalismo innecesario: eligió presentarse, escuchar y transmitir calma a un grupo que acumula dudas.
Luego llegó su mensaje central. “Les dijimos que pueden comunicarse cuando quieran, que nuestros teléfonos están abiertos. Queremos escuchar caso por caso y analizar todo con responsabilidad”, explicó. Su tono fue directo, sin promesas grandilocuentes y con un eje claro: el orden se construye desde el diálogo.
En su recorrida, Ponce de León también mantuvo conversaciones breves con algunos jugadores y con el propio Mariano Campodónico. Si bien evitó anticipar definiciones, sí reconoció que todo quedará en manos de Facundo Pérez Castro. “La charla con él es urgente”, admitió entre sonrisas. El martes se convertirá en el día más esperado.
Un puente necesario en la transición
Tras el entrenamiento, Ponce de León se reunió con “Chuny” Moreno y Ulises Vera, dos futbolistas del club que necesitaban claridad. “Nos encantaría que formen parte porque son valores importantes del club”, expresó. Con ese tipo de gestos, el vicepresidente empieza a marcar el ADN de esta gestión: presencia, escucha y cercanía.







