Ganadería Argentina. FOTO ILUSTRATIVA
La legisladora bonaerense Lucía Klug presentó un proyecto para crear la Tasa Ambiental sobre el Metano en Buenos Aires (Tamba), orientado a aplicar un gravamen sobre las emisiones de metano generadas por la actividad ganadera y destinar los fondos resultantes a mejorar la gestión de los residuos urbanos.
La iniciativa, enmarcada en el principio de Responsabilidad Extendida del Productor, propone un fondo fiduciario destinado a compensar las emisiones del sector mediante acciones que reduzcan el metano proveniente tanto de la ganadería como de los rellenos sanitarios.
El texto del proyecto sostiene que la medida responde a la necesidad de enfrentar los efectos del cambio climático y subraya el peso que tienen las emisiones de metano dentro del inventario provincial. Klug remarcó que se trata de un problema debatido en ámbitos internacionales y respaldado por estudios científicos, y describió la tensión entre una producción ganadera esencial para la alimentación y los impactos ambientales que genera.
También destacó experiencias locales de reconversión, como la transformación de un feedlot en una planta de biogás, para ejemplificar alternativas de mitigación. El proyecto establece que las empresas del sector ganadero radicadas en la provincia serían las obligadas a cumplir con la normativa.
Tras la presentación, el gobierno de Javier Milei cuestionó duramente la iniciativa. El secretario de Coordinación Productiva, Pablo Lavigne, calificó el proyecto como “tirarse un tiro en el pie” y advirtió que la ganadería es un motor central de empleo y divisas para el país. En declaraciones radiales, afirmó que la creación de “impuestos, tasas o tasitas” solo suma incertidumbre y desalienta el desarrollo del sector, al tiempo que consideró que la propuesta va a contramano de la fuerte demanda mundial de carne. A la vez, defendió el perfil ambiental del país, asegurando que Argentina es carbono neutral y está en condiciones de emitir bonos de carbono.
El funcionario insistió en que la medida “va contra la exportación y contra la producción” y la calificó como un “sinsentido”. En la misma línea, el ministro de Economía nacional, Luis Caputo, intervino a través de redes sociales para acusar a la oposición de recurrir siempre a aumentos impositivos, consignó el sitio Infobae.
Las críticas también se replicaron en el ámbito rural. La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) expresó un rechazo categórico, argumentando que la Tamba solo añadiría costos sin aportar soluciones y que carece de sustento técnico. La entidad sostuvo que la ganadería ya enfrenta una elevada presión tributaria y que una tasa sobre el metano reduciría producción, competitividad y empleo.
El presidente de Carbap, Ignacio Kovarsky, sostuvo que la propuesta “no es una ley ambiental, es un impuesto encubierto al trabajo rural”, y advirtió que no contribuye a reducir emisiones. Según planteó, el proyecto “penaliza al que produce y premia al que regula sin saber”.






