En la fría tarde del 1 de julio de 1996 una casi adolescente Shakira llegó a la sala anterior a la Redacción de LA GACETA y se sentó en el banco de recepción. La telefonista le avisó al periodista Gustavo Rodríguez, quien le hizo una nota para el suplemento joven, que se publicó el 3 de julio.
La cantante, que se estaba haciendo conocida por el tema “Estoy aquí”, había venido a Tucumán para promocionar su disco “Pies descalzos”, que acababa de ser lanzado en casi todos los países de Latinoamérica.
Charló en extenso con LA GACETA y caminó por la peatonal sin que nadie la molestara. “A los 10 años me di cuenta de que la música era lo mío. A los 13 debuté en el mercado discográfico con ‘Magia’; a los 15 grabé ‘Peligro’ y ahora estoy trabajando en la difusión de ‘Pies descalzos’ ”, dijo.
“No soy tan atrevida como para decir que soy uno de los pilares de la nueva movida latina. Sí puedo afirmar que estoy en la fila de los cantantes que están dispuestos a contar la realidad o en la búsqueda de nuevos géneros musicales”.
Habló de sus expectativas, de que su paso “quede grabado en la memoria del público” y también que “algún día, no ya, casarme y tener hijos, para poder ir a vivir a una casa cerca de la playa y criarlos como lo hace cualquier otra mujer de este planeta”.
Luego su carrera la transportó a la estratosfera. En estos días se encuentra en Argentina para dar recitales en CABA y en Córdoba en su gira “Las mujeres ya no lloran”.
Los negativos de esas fotos en la sala de LA GACETA han quedado como recuerdo de ese día en Tucumán.






