La negación del uso: el comportamiento que se repite entre alumnos y docentes sobre la dependencia del celular

Los estudiantes comprobaron que la negación sobre cuántas horas se usa el teléfono es común en la comunidad.

29 Noviembre 2025

"¿Quién tiene el control?", fue la pregunta que se hicieron los alumnos de la Escuela Gabriela Mistral en el concurso Territorio Digital. "Nos dimos cuenta de que no éramos solo los adolescentes los que estábamos atrapados por el celular; los adultos también estaban perdidos", comentó la estudiante Pilar González Mejía, quien participó liderando la presentación y la mirada del equipo sobre los desafíos de la ciudadanía digital en la vida cotidiana de los adolescentes.

“El proyecto fue muy revelador para todos”, contó González Mejía en "Encuentros LA GACETA" y agregó: “Comenzamos con una encuesta para saber los números reales y nos dimos cuenta de que no éramos solamente los adolescentes, sino que los adultos también estaban muy metidos en este territorio digital y que ellos también estaban perdidos”.

A partir de ese diagnóstico, los estudiantes impulsaron los llamados “recreos sin celular”, una iniciativa surgida desde ellos mismos. “No quisimos imponer nada. Queríamos que cada uno se dé cuenta de cuánto se pierde cuando no levanta la vista de la pantalla, que elija volver a mirar al otro. Jamás hemos querido obligar a nadie a que deje el teléfono, porque sabemos que es una herramienta muy valiosa. Lo que buscamos es que ellos mismos decidan dejarlo, que se den cuenta de que encontrarse y relacionarse en el mundo real es una elección", relató.

Durante la investigación, los estudiantes detectaron un comportamiento que se repetía entre docentes, directivos y alumnos: la negación del propio uso del celular. Primero aplicaron una encuesta virtual y luego realizaron entrevistas presenciales para obtener respuestas más precisas. “Salimos al mundo real, a preguntar directamente cuántas horas utilizaban el teléfono y cuál era la aplicación que más usaban”, explicó Pilar.

Las conclusiones evidenciaron diferencias generacionales, pero un mismo patrón de dependencia: “Los más grandes utilizaban más que nada Facebook y WhatsApp. Algunos directivos usaban mucho WhatsApp; entendemos que es parte de su trabajo, pero queríamos decirles que tienen vida después de trabajar y que están todo el tiempo dependientes”.

Entre los chicos, en cambio, predominaban TikTok, Instagram y los videojuegos. “En las redes sociales todo es inmediato, rápido, ya. Al estar todo el tiempo metidos ahí, se acostumbraron a eso, y es casi imposible salir por uno mismo porque están diseñadas para atraparte y tenerte scrolleando todo el tiempo”, reflexionó.

El proyecto cerró con una frase que los alumnos decidieron compartir con toda la comunidad educativa: “Intenten no perderse de lo real”, dijo Pilar, como síntesis del mensaje que quisieron transmitir al resto de la escuela.

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