Cierre de Whirlpool: de un proyecto exportador millonario a abandonar la producción local en solo tres años

La multinacional clausuró su planta de lavarropas en el Parque Industrial de Fátima, en Pilar, y despidió a 220 empleados.

Cierre de Whirlpool: de un proyecto exportador millonario a abandonar la producción local en solo tres años
27 Noviembre 2025

El anuncio sorprendió por su contundencia, pero no por sus antecedentes. Este miércoles, Whirlpool confirmó el cierre definitivo de su planta de lavarropas de carga frontal ubicada en el Parque Industrial de Fátima, en Pilar. La decisión implicó el despido de 220 trabajadores y un giro total de estrategia: la compañía dejará de fabricar en la Argentina para dedicarse exclusivamente a la importación.

El final llegó apenas tres años después de la inauguración del establecimiento, en octubre de 2022, cuando la firma presentó una fábrica de última generación con un plan ambicioso: producir 300.000 unidades anuales y exportar el 70% de ellas. Sin embargo, el proyecto nunca alcanzó el volumen esperado. En el sector recuerdan que no es la primera vez que la multinacional norteamericana repliega sus operaciones industriales en el país. Ya había hecho lo mismo en 2003, cuando cerró su planta de heladeras en San Luis para pasar también a un esquema importador.

¿Qué ocurrió esta vez? Según explicaron fuentes de la empresa a Infobae, fueron dos factores centrales los que hicieron inviable la continuidad: por un lado, los altos costos locales, que impedían competir en exportaciones -mucho menos lograrlas al nivel planteado originalmente-; por otro, la apertura económica, que generó una fuerte caída en los precios de los productos importados. Los datos acompañan esa tendencia: en octubre, los lavarropas se vendieron 20% más baratos que en el mismo mes del año pasado, de acuerdo con NielsenIQ.

“Se trataba de un modelo operativo y competitivo pensado para que sea eficiente y mucho más ágil de lo que realmente fue, algo que finalmente no pudo lograrse en un contexto de fuerte desaceleración del consumo y aumento significativo de las importaciones”, señalaron desde Whirlpool. La empresa ya inició su transición hacia un esquema “más comercial que fabril”.

Mientras tanto, continúa la negociación con la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) para definir el paquete de salida del personal, que incluye la indemnización y un plus adicional. La medida afectó tanto al personal de producción como a áreas técnicas y de soporte, entre ellas ingeniería y calidad.

En la industria señalan que Whirlpool fue de las primeras compañías en incrementar sus importaciones con la apertura económica, y que ya el año pasado había reducido su operación local con el despido de unas 60 personas debido a la pérdida de competitividad frente a Brasil. “Con los precios como están, y ellos que tenían un costo alto, hoy no les conviene producir. La inflación en dólares y la presión impositiva hacen que exportar sea cada vez más difícil”, sostuvo un dirigente del sector.

El problema excede a Whirlpool. Alejandro Iglesias, gerente de Relaciones Institucionales de MABE (ex Alladio), recordó que hace 15 años tenían “el 100% del mercado uruguayo” y que ese espacio se fue achicando por el encarecimiento local y el avance de China. “Hoy solo exportamos el 2% de la producción, casi nada”, describió.

La foto del mercado local también es elocuente. Sergio Doldán, vicepresidente de la Cámara de la Refrigeración y el Aire Acondicionado (Cairaa) y gerente comercial de Autosal -fábrica ubicada en Villa Mercedes con 300 empleados- señaló que tuvieron que despedir recientemente a 14 personas por la caída en la demanda. “Desde enero, las importaciones de heladeras superan la producción total. Hay una sobreoferta casi equivalente al doble de la demanda. En octubre, con un mercado de 80.000 unidades, se importaron 130.000 y se produjeron 40.000”, explicó. Y advirtió: “Producir una heladera en la Argentina cuesta entre 35% y 40% más que traerla de afuera”.

Autosal continúa fabricando, pero decidió discontinuar algunos modelos y reemplazarlos por importados. En simultáneo, otras compañías enfrentan situaciones similares: Electrolux suspendió a 400 trabajadores en Rosario y Mabe cerró su planta de Río Segundo para concentrar la producción en su establecimiento de Luque.

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