Las flexiones de brazos son un ejercicio muy popular que compromete varios grupos musculares, especialmente los del pecho, hombros, tríceps y el núcleo. Además, son notablemente versátiles, lo que permite que personas de cualquier edad puedan practicarlas.
Ponerse retos es una actividad divertida y saludable, especialmente cuando se aplica al ejercicio físico. Eso es justo lo que motivó a Emily Abbate, redactora de la revista PopSugar. Tras sufrir una lesión mientras practicaba CrossFit, tomó la decisión de que, una vez recuperada, quería regresar a su entrenamiento en excelente forma. Su objetivo era "estar a la altura" de sus expectativas físicas y, para lograrlo, se propuso un desafío personal: hacer veinte flexiones diarias sin falta.
Para asegurar la motivación y la constancia, Emily no encaró el reto sola. Usando una aplicación de seguimiento, desafió a tres amigos, incluido su novio, a completar veinte flexiones todos los días durante un periodo de dos semanas. Al finalizar estos quince días de compromiso y esfuerzo compartido, la redactora recopiló y compartió cuatro valiosas lecciones que aprendió a lo largo de la experiencia.
Cuatro lexiones de hacer 20 flexiones todos los días
Al inicio, compartió su experiencia sintió que establecer una meta de 20 flexiones resultaba ambicioso, pero sabía que diez sería demasiado sencillo. El truco consistió en no tomarse el desafío con excesiva rigidez. Confesó que ser amable consigo misma la hizo sentir que podía avanzar positivamente. Con el correr de las semanas, se concentró en trabajar para hacer un número progresivamente mayor, permitiendo que el progreso fluyera de manera natural.
La motivación de entrenar en grupo
Si la persona simplemente se hubiera propuesto hacer veinte flexiones diarias en solitario, reconoce que probablemente no lo hubiera logrado. Aclara que esto no es por falta de fuerza de voluntad, sino porque, siendo honestos, "siempre surgen cosas" que interrumpen la rutina. El secreto para mantener la constancia fue realizar el desafío en grupo, ya que la dinámica colectiva funcionó como una poderosa fuente de motivación que la impulsó a seguir adelante.
Superá tu zona de confort con concentración
En los momentos donde creyó que no podía continuar, aplicó una técnica clave. "Fue entonces cuando me concentré en todas las cosas en las que se supone que debés enfocarte al ejecutar la flexión perfecta: inclinate un poco hacia adelante, mantené los hombros sobre los codos y activá el centro", relató. Cuando sintió que sus tríceps no daban para soportar el peso de su cuerpo al volver al suelo, tomó aire, hizo una breve pausa y luego se obligó a superar su zona de confort.
Resultados y próximos desafíos
Lo que más le gustó al terminar las dos semanas, la fuerza de sus brazos aumentó notablemente. Además del beneficio físico, destacó que todos los participantes disfrutaron mucho de la competencia. Por esta razón, el grupo ya planea repetir la experiencia con otro desafío similar próximamente, demostrando que la diversión y la superación pueden ir de la mano.








