EMPRENDIMIENTO. Las creaciones de Julieta Santos deslumbran a sus seguidores por la perfección de los detalles. / GENTILEZA DE JULIETA SANTOS
La historia de Julieta Rocío Santos no sigue un camino recto ni responde a esos mandatos que dicen que a los 18 hay que elegir una carrera, terminarla rápido y “ser alguien”. Nacida en Tucumán, la creadora del proyecto Plutonia hoy vive de un oficio que mezcla arte, diseño y una cuota enorme de identidad argentina: joyería contemporánea con forma de comida típica. En su catálogo conviven milanesas, empanadas, ravioles, sánguches, medialunas y platos que cualquier patriota reconoce de inmediato.
Su vínculo con el arte empezó en la escuela secundaria, donde se formó con orientación en Pintura. Ese primer acercamiento marcó la manera en que mira el color, las texturas y la forma. Más adelante pasó por la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán y por el Profesorado de Artes Visuales. Ninguno de esos trayectos llegó al final, pero todos dejaron una huella que hoy se ve en su trabajo: una mezcla de técnica, sensibilidad y experimentación constante. Después estudió Diseño de Indumentaria, formación que le permitió sumar herramientas vinculadas al diseño, la construcción de piezas y el uso de materiales no convencionales.
EMPRENDIMIENTO. Julieta Santos creo Plutonia, un proyecto de joyería contemporánea. / GENTILEZA DE JULIETA SANTOS
Un negocio que nació entre la necesidad y la intuición
Durante sus años de estudio, Julieta necesitaba generar sus propios ingresos para comprar materiales y producir las prendas que exigía la carrera. De esa necesidad surgió Onilia, su primer emprendimiento, donde armaba accesorios con elementos de mercería. Era un proyecto simple, pero le permitió entender algo que más adelante sería clave: que le interesaba construir objetos que contaran algo de ella.
Con el tiempo, Onilia quedó atrás. Julieta empezó a incorporar elementos que la habían acompañado siempre: vajilla antigua, juguetes pequeños, objetos vintage y, casi sin planearlo, fue armando un imaginario propio. Ese universo creció hasta convertirse en Plutonia, el emprendimiento que la llevó a desarrollar piezas modeladas a mano que representan comida típica argentina.
EMPRENDIMIENTO. Las creaciones de Julieta Santos deslumbran a sus seguidores por la perfección de los detalles. / GENTILEZA DE JULIETA SANTOS
La elección de los alimentos como protagonistas no fue casual. Ella explica que en la Argentina “somos muy pasionales y muy comilones”, y que la gastronomía ocupa un lugar emocional muy fuerte en la identidad nacional. Por eso las piezas generan una conexión inmediata: forman parte de los platos que marcaron a generaciones y aparecen en cualquier mesa familiar del país. No necesitan presentación: simplemente son identificables a primera vista.
La joyería contemporánea como lenguaje
Cuando empezó a experimentar con materiales, Julieta pasó por la porcelana fría y por impresiones 3D, hasta que descubrió la arcilla polimérica, la base de la mayoría de sus piezas actuales. Esta elección la ubicó dentro de la joyería contemporánea, un tipo de joyería que se diferencia de la tradicional al incorporar materiales alternativos y procesos más cercanos al arte que a la orfebrería clásica.
En su mesa trabaja con estudios de color, brillos y texturas para lograr un realismo que se volvió su sello. Cada pieza requiere horas de observación y modelado, y ese nivel de detalle es parte del atractivo de Plutonia: cada miniatura parece un fragmento de la vida cotidiana transformado en objeto artístico.
Un crecimiento que explotó en redes
Durante mucho tiempo, Julieta participó en ferias locales y espacios culturales. Ahí el público tucumano empezó a conocerla y a seguir su trabajo.
Pero el salto nacional llegó por redes sociales. Una periodista de Buenos Aires compartió sus piezas en X (ex Twitter) y, sin que ella lo supiera, cientos de personas comenzaron a buscarla. A partir de entonces, Plutonia creció sin necesidad de publicidad adicional: todo fue por viralización, recomendaciones y la fuerza visual de sus piezas.
EMPRENDIMIENTO. / GENTILEZA DE JULIETA SANTOS
Hoy realiza envíos a todo el país y la mayor parte de sus compradores están fuera de Tucumán. Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y hasta Tierra del Fuego aparecen constantemente entre los destinos. Aunque la exposición rápida la sorprendió, con el tiempo pudo adaptarse a la demanda y organizar su trabajo en series para poder cumplir con los pedidos.
El desafío físico detrás de un trabajo artesanal
Aunque desde afuera puede parecer un trabajo delicado y tranquilo, la realidad es muy distinta. Modelar piezas tan pequeñas exige muchas horas sentada o agachada, con la vista fija en detalles milimétricos. Ella cuenta que necesita equilibrar su jornada con actividad física porque el cuerpo le pasa factura: el dolor de espalda y la tensión en la cintura son parte de la rutina de quien trabaja con miniaturas todos los días.
EMPRENDIMIENTO. El espacio donde Julieta Santos crea joyería para Plutonia. / GENTILEZA DE JULIETA SANTOS
Aun así, continúa. Porque Plutonia es más que un proyecto: es su ingreso principal. Julieta vive 100% de este oficio y construyó su sustento a partir de un trabajo artesanal que, aunque demandante, le permite crear desde lo que genuinamente le gusta.
Lo que viene
Para 2026 tiene nuevos planes: quiere dar talleres y cursos, una demanda constante entre quienes la siguen, y también está trabajando en propuestas artísticas que prefiere mantener en reserva por ahora. Lo cierto es que Plutonia ya dejó de ser sólo un emprendimiento para convertirse en un espacio de exploración creativa que combina su formación, su mirada estética y una identidad profundamente argentina.
Desde Tucumán, Julieta demuestra que los caminos no lineales pueden construir proyectos sólidos, y que la comida que constituye un pilar básico de la cultura también puede convertirse en una obra de arte.






