Desde Perú: la tragedia de quienes quedaron en medio de un conflicto armado

En La Colorida se presenta “Los muchachos olvidados de Dios”, sobre hechos reales.

EMOCIONES PRESENTES. Llega “Los muchachos olvidados de Dios”. EMOCIONES PRESENTES. Llega “Los muchachos olvidados de Dios”.

Los movimientos insurreccionales y la represión de las dictaduras han marcado el territorio latinoamericano desde mediados del siglo pasado, con cicatrices que siguen visibles en el presente.

Esta noche, a las 21.30 y en La Colorida (Mendoza 2.955), la Asociación Anaqueronte del Perú presentará “Los muchachos olvidados de Dios”, en la que abordan -desde hechos reales ficcionados a partir de testimonios de las víctimas que quedaron en medio del enfrentamiento armado entre Sendero Luminoso, el Ejército y los paramilitares- historias silenciadas del conflicto interno en su país entre 1980 y 2000.

“Es un período oscuro y lleno de contradicciones; nuestra sociedad estaba fragmentada y aún lo sigue estando”, le asegura a LA GACETA Xavi (Javier Valencia), autor y director de la obra teatral interpretada por Manuel Guerrero y Lady Galloso.

- ¿Es Dios o el Estado quien los ignoró?

- Ambos, ya que los personajes dialogan e invocan a “sus dioses, sus deidades” que no responden, sea Ashaninka en la selva, el Dios cristiano de los mestizos o el tata inti de los habitantes andinos. Entonces, se sienten olvidados.

- ¿De qué forma estructuraron esta obra?

- Fueron años de investigación de testimonios y casos -muchos de ellos archivados-, y de análisis de historia, geografía y antropología para situar correctamente los contextos. Se seleccionó una decena de historias, que han ido mutando a través de los cuerpos, voces y cantos de los actores/presentadores, quienes multiplican las emociones en cuadros brechtianos, con influencias del teatro actual y de Renzo Casali, de la Comuna Baires.

- Lo presentan como un ritual de sanación. ¿Qué implica?

- Según Manuel, es lo que nos permite tener conciencia de nuestra identidad, de nuestros orígenes y conjugar el pasado con el presente; a través de las evocaciones, los recuerdos y el amor que se entrega en escena, todo se convierte en una ceremonia casi litúrgica, de saludo, recuerdo y despedida de aquellos que ya no están pero aparecen en escena y siguen rondando los espacios donde son convocados. La confrontación de nuestros sueños ayuda a cicatrizar nuestras heridas.

- Hay un diálogo posterior con el público tras cada función. ¿Cómo se desarrolla?

-De forma orgánica; en la mayoría de funciones, el público se acerca como en un velorio a saludar a los sobrevivientes “intérpretes” y compartir sus propias ausencias y pérdidas. Nos han compartido similitudes de la historia de sus países, así como sus propias tradiciones de recordar a los muertos, de cómo los cuerpos poéticos se convierten en cuerpos políticos y que es inesperado cómo jugamos con sus emociones, atento a lo que plantea el director italiano Pippo del Bono: “Una palabra, un gesto, un movimento, pero llenos de poesía, ello nos convierte en guerrilleros de las emociones”.

- ¿Cómo se reconstruye la sociedad luego de la tragedia?

- Desde la reflexión. Nuestra sociedad aún no esta reconstruida; como ejemplo la Policía actual en Perú es, en su mayoría, corrupta. ¿Cómo buscar sentido de justicia si quien supuestamente es la base de ello a nivel del pueblo, no nos protege?

- Perú es noticia en la Argentina sólo por sus problemas políticos, ¿cómo se salva esa incomunicación continental?

- A través del arte, a través de vernos reflejados en cada ser de america latina; y ser uno por uno, de pueblo en pueblo.

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