La rebelión de los bikers: una reafirmación de la conducta adolescente

La rebelión de los bikers: una reafirmación de la conducta adolescente
09 Noviembre 2025

Alejandro Matesich - Psicólogo

Viernes por la noche, vísperas de “Halloween”, una marea de jóvenes en bicicletas alterando el transito ya caótico del centro tucumano; ¿descontrol o rebeldía? Desde hace meses, se registra en las calles tucumanas un fenómeno particular; adolescentes, varones y mujeres, desde púberes hasta ya algunos mayores de 18, en bicis de todo tipo; a veces cantando, otras veces gritando, otras veces tranquilos, pero casi siempre no respetando las normas de tránsito: la impunidad de los bikers.

Esta pequeña crónica pareciera que convoca a un llamado de atención, a un pedir ¡“que alguien controle a los adolescentes”! a la ya famosa reflexión de que “la juventud está perdida”. Nada de eso, convoco ver el lado bueno de “este descontrol”. La adolescencia, etapa crítica de la vida: cambios corporales, asunción y búsqueda de la identidad personal, asunción de la conducta sexual, incorporación de responsabilidades sociales y civiles; conocer el mundo adulto, estar advertido de los riesgos que circulan en el mismo. Y, por si fuera poco, definir vocacional y laboralmente el futuro.

Se trata de una etapa de transición, de crisis y rebeldías; ya no se es un niño o una niña, tampoco un adulto. Los padres a menudo continúan dando órdenes y corrigiendo como si fueran niños, pero a la vez, esperan que ya se comporten como adultos; curiosa contradicción.

En definitiva, muchas veces, para los padres y adultos, la adolescencia parece resumirse en una palabra: problemas. Lo grupal suele ser la clave para ellos; en lo grupo, con y a través de esos otros que están atravesando lo mismo, se descubre y conoce el mundo: primeras experiencias sexuales, posicionamientos, discusiones, experiencias, etc. ¿Cómo esperar que una etapa crítica no traiga aparejado algún problema?, ¿no tenemos problemas en la vida adulta cuando atravesamos alguna crisis?, una separación, deudas, una pérdida de empleo, la muerte de algún familiar; ¿se atraviesan de manera “normal”?: “lo normal” a veces puede ser problemático.

Entonces sí, la adolescencia es una etapa que “trae problemas” al mundo adulto. Los jóvenes cruzan limiten, se exponen a situaciones de riesgo, desobedecen ordenes, imitan conductas no muy sanas, la noción o referencia a la muerte está muy lejana, ya que la vitalidad corporal los hace creer a veces eternos o “de goma”. En el campo psi, solemos decir que “el problema adolescente” es cuando los adolescentes no tienen problemas; cuándo los jóvenes no salen, cuándo prefieren pasar horas y horas encerrados frente a una pantalla, cuando no hablan, ni se quejan y solo callan, cuando obedecen todo (una conducta normal adolescente esperable consta de comenzar a formar los propios juicios, posturas y miradas sobre el mundo, por tanto: ¡discutir y contradecir!); en fin, puede tener un mal pronóstico la apatía, la pasividad y el silencio adolescente.

Ahora bien, los bikers: ¡cuánta conducta adolescente!: tenemos lo grupal, el lazo social, la asunción de una identidad, la vitalidad física y el manejo del cuerpo, y claro, la rebeldía, el cruzar ciertos límites; los semáforos parecen no frenar sus impulsos. Considero que se trata de un fenómeno excepcional, que lo resumiría contraponiéndolo con un fenómeno problemático de hoy: ¡más bicis, menos pantallas! ¿Será casualidad que justo el día donde se impone una festividad ajena, (que si bien se ha instalado en los últimos años) tantos adolescentes le pongan su sello propio agregando las bicis? ¿Se trata de una manera de decir: “¡todo bien, capitalismo con tus modas de mercado, pero aquí salgo disfrazado de biker!” “No me compro tus personajes de terror de Hollywood”. Qué sana de manera de ejercitar el pensamiento crítico.

¿Darles rienda libre? No. Se trata de acompañar, estar cerca de ellos sin prohibirles la actividad. Los adolescentes muchas veces suelen mostrarnos a su propia forma el camino de cómo ayudarlos y estar cerca, no todo hay que imponer. Generar conciencia (el uso del casco, las norma de transito), estimular la actividad (sendas para bicis, pistas de bikers, carreras), adultos acompañando con sus bicis, etc.

Si el mundo adulto quiere que los adolescentes cambien, cambiemos la mirada que tenemos sobre ellos, y alguna vez tratemos de aprender, porque sí: ¡tienen mucho para enseñarnos!

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