La Tierra tendrá una nueva Luna.
Nuestro satélite natural deberá hacer espacio para uno nuevo. La NASA ratificó que durante las próximas décadas la Luna tendrá un acompañante: 2025 PN7, que formará parte de la órbita de nuestro planeta hasta 2083. Sin embargo, este nuevo integrante del sistema terrestre no cumplirá el mismo rol que nuestra ya conocida y ambicionada Luna.
2025 PN7 será el visitante de honor de la Tierra en las próximas décadas. Se trata de un asteroide que se convirtió en una "cuasi luna" para la Tierra, ya que compartirá su órbita hasta 2083, de acuerdo con un artículo publicado el mes pasado en IOP Science.
La particularidad de las cuasi-lunas
Los astrónomos calificaron a 2025 PN7 como un cuasi-satélite terrestre. Esto advierte que nuestro planeta tiene, en la práctica, una segunda Luna que se mantendrá hasta mediados del siglo XXI. Pero solo en la teoría puede afirmarse que se trata de un segundo satélite natural ya que las cuasi lunas no son lunas reales ni orbitan la Tierra, aunque a veces lo parezca por breves períodos.
Phil Nicholson, profesor de astronomía de la Universidad de Cornell explicó a ABC News que estos cuasi satélites orbitan el Sol, como los asteroides típicos, en trayectorias muy similares a la de la Tierra.
"Como resultado, a veces 'conviven' con la Tierra durante años, o incluso décadas", dijo Nicholson. "Piensen en un lobo que sigue el campamento de una banda de cazadores prehistóricos, buscando restos de comida, pero que en realidad no se une a la banda y finalmente se marcha", ilustró el especialista.
Un engaño que parece real
El asteroide se considera una cuasi-luna porque "solo parece que está orbitando alrededor de la Tierra desde nuestro punto de vista", dijo a ABC News Zoe Ponterio, directora del Centro de Imágenes Planetarias de Naves Espaciales de la Universidad de Cornell.
Su órbita es elíptica, por lo que a veces está más cerca del Sol que la Tierra, y otras veces más lejos, explicó Ponterio. Cuando está más cerca del Sol, se mueve más rápido que la Tierra, y cuando está más lejos, se mueve más lento, lo que contribuye a que, desde nuestra perspectiva, parezca que orbita la Tierra, añadió Ponterio.
“Debido a que la Tierra y la cuasi-luna se alternan al cruzarse, la cuasi-luna parece estar moviéndose a nuestro alrededor”, dijo Ponterio.Las cuasilunas suelen ser bastante pequeñas e invisibles a simple vista, explicó Nicholson. Este objeto también es extremadamente tenue, con una magnitud de tan solo 26, según la NASA , por lo que no sería detectado por telescopios convencionales.








