Postes eléctricos caídos tras el paso del huracán Melissa, en Black River, Jamaica, el 29 de octubre. Foto: Ricardo Makyn/AFP
El huracán Melissa, que tocó tierra en el suroeste de Jamaica con categoría 5, dejó al menos cuatro muertos, miles de damnificados y una infraestructura devastada. Entre las víctimas se encuentran tres hombres y una mujer en la localidad de Black River, donde el ciclón destruyó viviendas, hospitales y servicios esenciales.
El ministro de Desarrollo Comunitario, Desmond McKenzie, confirmó que se trata de víctimas directas del huracán y extendió la alerta por inundaciones repentinas en toda la isla. “Pedimos a la población mantenerse atenta a las advertencias del Servicio Meteorológico Nacional”, declaró en conferencia de prensa.
Lluvias torrenciales, vientos extremos y cortes masivos de energía
La noche previa al impacto de Melissa ya se habían registrado tres muertes vinculadas a labores preventivas. Durante el paso del ciclón, se reportaron lluvias de entre 7,5 y 15 centímetros, además de vientos de más de 250 km/h que agravaron la emergencia.
Los mayores daños se concentraron en las parroquias de Clarendon, Manchester, Saint Elizabeth y Westmoreland, donde las comunicaciones quedaron interrumpidas durante horas y las inundaciones afectaron a miles de hogares.
El superintendente de Policía Coleridge Minto describió la situación en Black River como “devastadora y catastrófica”, con el hospital local y todas las instalaciones policiales destruidas.
“La magnitud de la destrucción es absoluta”, comunicó la Fuerza Policial de Jamaica (JCF) a través de la red social X.
Jamaica fue declarada “zona catastrófica”
Ante la magnitud del desastre, el primer ministro Andrew Holness declaró a Jamaica zona catastrófica nacional. Tras sobrevolar las áreas afectadas, publicó en Facebook: “Las imágenes de destrucción están por todas partes”.
El mandatario aseguró que el gobierno enfocará todos sus recursos en la organización de la reconstrucción y la recuperación económica del país.
Mientras tanto, Melissa descendió a categoría 1 al abandonar Jamaica y avanzar hacia Las Bahamas, aunque el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos advirtió sobre marejadas ciclónicas peligrosas y fuertes vientos en el resto del Caribe.
Reapertura de aeropuertos y llegada de ayuda internacional
El ministro de Transporte Daryl Vaz confirmó la reapertura gradual de los aeropuertos internacionales tras más de 24 horas de cierre.
El Aeropuerto Norman Manley, en Kingston, comenzó a recibir vuelos humanitarios el miércoles por la tarde.
Los aeropuertos Ian Fleming y Donald Sangster también iniciaron operaciones parciales, aunque este último sufrió daños estructurales.
La reactivación aérea permitió el arribo de ayuda internacional, con suministros médicos, alimentos y equipos de rescate. Según las autoridades, más de 500.000 personas quedaron sin electricidad, y miles de familias perdieron sus viviendas.
Infraestructura colapsada y hospitales en emergencia
El paso del huracán provocó el colapso de carreteras, la destrucción de cientos de viviendas y graves daños en seis hospitales, incluido el Black River Hospital, que debió operar bajo régimen de emergencia.
El Ministerio de Salud lanzó un llamado urgente a la donación de sangre, ante la escasez generada por el colapso de los centros médicos.
Medios internacionales, como The New York Times, informaron que la infraestructura de telecomunicaciones quedó severamente afectada, dejando a miles de habitantes incomunicados durante más de un día. Comunidades jamaicanas en el exterior siguen a la espera de noticias sobre familiares en las zonas más afectadas.
Reconstrucción y resiliencia
Mientras el país intenta recuperarse del paso del huracán Melissa, las autoridades insisten en que la reconstrucción llevará meses y requerirá apoyo internacional sostenido.
Jamaica enfrenta nuevamente el desafío de reconstruirse frente a la naturaleza, con la esperanza de que la respuesta humanitaria logre estabilizar una de las peores crisis climáticas en su historia reciente.







