REINICIO. El cuerpo técnico encabezará la vuelta a los entrenamientos, con rutina definida, mientras el club aguarda la renuncia dirigencial y el llamado a elecciones. Foto CASM.
La calma nunca es total en San Martín. Aun cuando no hay pelota rodando, el club parece vivir en una tensión permanente, como si cada decisión empujara un efecto dominó hacia lo que vendrá. Este viernes, en el complejo “Natalio Mirkin”, se celebrará la Asamblea Ordinaria que presentará la memoria y el balance, pero su verdadero peso estará en lo que desencadena: la formalización de un cierre de ciclo. La actual comisión directiva, encabezada por Rubén Moisello, daría un paso al costado en los primeros días de noviembre, abriendo el camino a un llamado a elecciones previsto para la segunda quincena del mes. El club entra así en un pasillo estrecho y determinante, donde la política y el fútbol vuelven a cruzarse en medio de urgencias, expectativas y cuentas pendientes.
Pero mientras los dirigentes conversan, negocian o calculan, el plantel profesional tiene fecha marcada para volver: lunes 6 de noviembre. El fútbol no espera, y menos cuando la próxima temporada exige planificación. Por eso, aun sin saber quién conducirá el futuro deportivo, Mariano Campodónico deberá reiniciar los trabajos con el grupo que continúa bajo contrato. Él tiene vínculo vigente, pero su continuidad dependerá de la próxima conducción. Le toca dirigir un equipo en movimiento, mientras su propio rol está en evaluación.
El regreso contará con los jugadores que tienen contrato asegurado: Darío Sand y los arqueros del club; Guillermo Rodríguez, Juan Orellana, Tiago Peñalba y Aníbal Paz en la defensa; en el medio campo, Gustavo Abregú, Ulises Vera, Agustín Prokop, Agustín Graneros, Jesús Soraire y Alan Cisnero; y en ataque, Gonzalo Rodríguez y Aaron Spetale. A ellos se sumará la reincorporación progresiva de Nicolás Moreno, aún en recuperación, y existe la posibilidad del retorno de Mauro Verón después de su préstamo en Managua, algo que se evaluará en el día a día.
Algunos de los jugadores mencionados anteriormente también finalizan su contrato en diciembre; sin embargo, al tratarse en su mayoría de futbolistas surgidos del club, su regreso a los entrenamientos se daría sin inconvenientes, y su continuidad se definirá con la nueva dirigencia. El resto del plantel se encuentra igualmente en un punto de espera: los vínculos de Hernán Zuliani, Mauro Osores, Federico Murillo, Matías García, Gabriel Hachen, Juan Cuevas, Martín Pino, Franco García y Juan Cruz Esquivel vencen a fin de año, y su permanencia dependerá directamente de las decisiones que tome la conducción entrante. En los casos de García y Esquivel, además, intervienen opciones de compra elevadas que requerirán una negociación política y financiera más compleja, por lo que su situación se presenta como una de las primeras definiciones a resolver.
La planificación
Mientras tanto, Campodónico ya definió una planificación de retorno que no es una pretemporada completa, pero sí una etapa clave para no perder tono físico. La idea es sostener fuerza, movilidad y capacidad de repetición de esfuerzos. Los entrenamientos combinan trabajo en gimnasio y actividad en campo, con carga controlada para evitar lesiones y permitir una evaluación progresiva del estado de cada jugador.
En el gimnasio se trabajará con ejercicios básicos como sentadillas, empuje de cadera, subidas al banco y fortalecimiento de zona media, todos con intensidad moderada. En campo, se realizarán pasadas de 200 y 300 metros con pausas estrictas, además de trabajos de velocidad intermitente, pensados para sostener la resistencia específica del juego.
Este período también será utilizado para promover juveniles, algo que el propio cuerpo técnico consideraría necesario.
La idea es que chicos que vienen sumando minutos en Reserva tengan rodaje inmediato en la dinámica del plantel profesional, tanto para completar trabajos tácticos como para evaluar proyección. Se trata de una instancia valiosa: los jóvenes podrán mostrarse sin la presión de la competencia oficial, y el club podrá detectar perfiles que pueden sumar en 2026 sin necesidad de recurrir exclusivamente al mercado de pases.
Aspecto a seguir
Otro aspecto que se seguirá de cerca será el estado mental del grupo. La eliminación en el Reducido golpeó fuerte, especialmente en futbolistas que había sostenido un buen año individual. El regreso al entrenamiento será también un espacio para reacomodar energías, recuperar hábitos y volver a encuadrar objetivos en común. El cuerpo técnico prevé charlas grupales y trabajo en pequeños grupos para recomponer confianza interna, entendiendo que la construcción del próximo ciclo no depende solo de piernas, sino también de cabeza.
El otro frente
En paralelo, los distintos sectores políticos del club aceleran conversaciones. Hay quienes buscan una lista de unidad para evitar una campaña interna desgastante y quienes plantean un recambio profundo con nombres nuevos y una estructura profesionalizada del área deportiva. Todos coinciden en un punto: San Martín ya no puede depender de decisiones urgentes ni de apuestas aisladas.
El objetivo del período transitorio es claro: que el equipo no regrese desde cero cuando se defina el rumbo deportivo. Lo que ocurra entre noviembre y el inicio formal de la pretemporada será la base sobre la que se sostenga el próximo torneo.






