La noticia que esperaban en Avellaneda finalmente llegó: Gabriel Rojas volvió a entrenarse a la par de sus compañeros y en Racing se encendió la ilusión de que pueda estar en la semifinal de ida de la Copa Libertadores frente a Flamengo. El lateral izquierdo, pieza clave para Gustavo Costas, había sufrido una lesión muscular en el bíceps femoral derecho durante el partido con Banfield, el 11 de octubre.
A los 25 minutos del primer tiempo, tras asistir a Bruno Zuculini, el defensor pidió el cambio y encendió las alarmas en el cuerpo técnico. En ese momento parecía descartado para el cruce copero, pero su recuperación avanzó mejor de lo previsto y lo devolvió al trabajo en doble turno con el plantel principal.
Mientras Rojas busca llegar al 100 %, Costas sigue atento al parte médico. El técnico sabe que tendrá otras bajas sensibles: Alan Forneris sufrió un esguince de rodilla izquierda con compromiso del ligamento colateral medial, Gabriel Arias padece un esguince acromioclavicular derecho, y Franco Pardo quedó afuera por una lesión grado tres en el aductor proximal izquierdo.
Una enfermería llena y una esperanza
La situación médica del plantel complica la planificación, pero la mejoría de Rojas se vive como un estímulo interno. El defensor, con 117 partidos y cuatro goles en la Academia, podría reaparecer justo cuando más lo necesita el equipo. Su potencia por la banda y su experiencia internacional lo convierten en una pieza difícil de reemplazar.
En paralelo, el cuerpo médico sigue de cerca la evolución de Elías Torres, quien se perderá entre seis y ocho meses por una rotura de ligamento cruzado anterior en la rodilla derecha. En medio de tantas bajas, Racing se aferra al regreso del zurdo como una de las pocas buenas noticias en la antesala de un duelo decisivo en Río de Janeiro.






