Los diputados que nunca asumieron

Capítulo 15.

ISAÍAS NOUGUÉS. Llevó a Bandera Blanca a la Cámara de Diputados ISAÍAS NOUGUÉS. Llevó a Bandera Blanca a la Cámara de Diputados

El peronismo no sólo había sido derrocado por un golpe de Estado en 1955: la dictadura de Pedro Eugenio Aramburu llegó a prohibir por ley que se lo nombrara. Entonces, para referirse al ex Presidente había muchos eufemismos, con “el tirano prófugo” a la cabeza. Absurda, esa política de desperonización provocó el efecto contrario. La cuestión es que, proscripto el peronismo, la elección de 1958 derivó en una interna del radicalismo.

Con la Constitución de 1949 derogada, el sistema electoral volvió a los tiempos de la Ley Sáenz Peña. De un lado estaba la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI), desarrollista y conciliadora con el “tirano prófugo”, al punto de que recibió su apoyo. Del otro, la Unión Cívica Radical Del Pueblo (UCRP), tradicional y netamente antiperonista. Ganaron los candidatos de la UCRI: Arturo Frondizi en el país y Celestino Gelsi en Tucumán.

Pero cuando se realizaron las primeras elecciones de medio término, el 27 de marzo de 1960, el escenario había cambiado en la Argentina. El año antes, las medidas del ministro de Economía, Álvaro Alsogaray, había desatado una feroz escalada de precios. Perón le retiro el apoyo y la UCRI de Frondizi fue derrotada por la UCRP. No obstante, la fortaleza de Gelsi evitó esa tormenta en Tucumán.

En consecuencia, de las cuatro bancas que se renovaban la UCRI obtuvo tres (para Pedro Alzabé, Juan Carlos Cárdenas y Pascual Tarulli). El restante escaño fue un batacazo de Bandera Blanca: Isaías Nougués -hermano de Juan Luis Nougués, cofundador del partido- obtuvo más votos que la UCRP.

Capítulo negro

De allí saltamos a la siguiente elección de medio término, celebrada el 18 de marzo de 1962, un capítulo negro de la historia política nacional. Frondizi abrió el juego democrático a la participación de distintas expresiones del peronismo, las que se presentaron según cada distrito con otros nombres. En Tucumán, por caso, fue con el sello del viejo Partido Laborista.

Sucedió lo inevitable: ganó el panperonismo, y además se alzó con gran cantidad de gobernaciones, entre ellas la tucumana, de la mano de Fernando Riera. Se renovaban tres bancas para la Cámara de Diputados y el Partido Laborista se adjudicó las dos de la mayoría (Benito Romano y Oscar Emilio Sarrulle), mientras que el escaño de la minoría fue para la UCRI (Ramón Isauro Martínez).

Pero los militares no aceptaron el regreso del peronismo y 10 días después provocaron un golpe de Estado. Las elecciones de 1962 fueron anuladas y ningún electo -ni gobernador ni diputado- asumió el cargo.

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