Los precios en las góndolas.
El Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y el Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD) revelaron que, en septiembre, la inflación se ubicó en 2,2%, marcando una suba respecto del 1,6% de agosto. En términos interanuales, la inflación alcanzó un 31%, el valor más bajo desde 2018. Transcurridos nueve meses, la tasa acumulada es del 20,8%; si esta tendencia se mantiene, se proyecta que el año cerraría en 28,6%.
El informe destaca que “las divisiones con mayores incrementos fueron ‘Transporte’ (+3,6%), impulsada por subas en pasajes de avión, vehículos y combustibles. Le siguieron ‘Bienes y Servicios Varios’ (+2,8%) y ‘Recreación y Cultura’ (+2,4%)”. En contraste, los precios de alimentos y bebidas, que tienen el mayor peso en la canasta, mostraron una suba más moderada (1,6%), contribuyendo así a moderar el índice general. Según Nicolás Trotta, director ejecutivo del CCD y ex ministro de Educación, “con las elecciones de octubre a la vista, la inflación muestra una preocupante aceleración, acumulando cuatro meses de aumento. Esto siembra dudas sobre el supuesto único logro del gobierno. La gestión ha fracasado en contener el tipo de cambio y la pérdida de divisas, que son los motores de la inflación, sumados al incremento de tarifas y al creciente endeudamiento externo. Además, los datos de julio del Indec revelan que los salarios privados registrados, que son los más favorecidos, siguen por debajo de los niveles de noviembre de 2023, lo que refleja una clara falla en la política económica actual”.
Dos causas
Por su parte el coordinador general del IET, Fabián Amico, enfatizó que la aceleración de la inflación en septiembre tiene dos causas principales. Por un lado, las subas de precios regulados. Por ejemplo, dada la ponderación que utiliza el Indec, la suba de Transporte representa casi el 20% de inflación de septiembre 25. Por otro lado, el tipo de cambio. En este caso, dada su elevada ponderación, Alimentos y Bebidas ocupa el segundo lugar con un porcentaje similar. Algunos analistas creen que el impacto cambiario en la inflación minorista sería ahora menor (reducción del denominado pass through). Pero en momentos de aceleración inflacionaria los traslados de costos a precios (y de mayoristas a minoristas) son más lentos. El índice de precios mayoristas mostró una notable aceleración en la inflación de productos primarios y agropecuarios (alimentos), algo que forzosamente se verá reflejado en los precios minoristas en los meses que siguen.
El análisis del IET revela que “la inflación mostró variaciones según la situación laboral del jefe de hogar: fue más alta en los hogares con jefes asalariados registrados (2,2%) y no asalariados (2,2%) que en los no registrados y desocupados (en torno al 2%). Esta diferencia se explica por el menor peso de los alimentos en las canastas de estos últimos”.
Asimismo, “los jubilados registraron una inflación del 2,08%, favorecidos por aumentos moderados en medicamentos”, destaca el reporte al que accedió LA GACETA. En términos de género, los hogares con jefe varón presentaron una inflación levemente superior (2,2%) debido al mayor impacto del transporte privado en sus canastas. Por nivel de ingreso, la inflación fue más alta en los hogares de mayores recursos (2,4% en el decil 10) y más baja en los de menores ingresos (1,9% en deciles 1 y 2), reflejando que los rubros que más subieron son consumidos mayormente por los sectores altos, subraya el diagnóstico.







